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«Sadam, Bush y Blair son tres personajes de ‘El Señor de los Anillos»

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on enero 14, 2010

«Sadam, Bush y Blair son tres personajes de ‘El Señor de los Anillos»

por Ángela Molina

Entrevista publicada originalmente en Babelia (suplemento del periódico El País), 19 de abril de 2003, p. 14

Para David Harvey, Marx todavía está entre los pucheros. Este hombre reservado, que combina la ironía con la idea wordsworthiana de una esperanza aplazada, ha enseñado durante tres décadas cómo relacionar El capital con la vida diaria, mientras ejercía como profesor de geografía en la Universidad Johns Hopkins, en Oxford, Cambridge, y ahora en la City University de Nueva York. «Separarnos de Marx era separarnos de nuestro olfato investigador, para satisfacer el rostro superficial de la moda intelectual», afirma. Los numerosos ensayos que ha publicado sobre el tema proporcionan al lector placeres fascinantes, como los conocimientos derivados de la consideración del fetichismo de la mercancía, «el mismo que sorprendió a la propietaria de la línea de ropa infantil Wal-Mart», afirma, «cuando le dijeron que las prendas que vendía estaban fabricadas en Honduras por niños a los que se pagaba una miseria, o el anticipo de 30 millones de dólares que Nike pagó a Michael Jordan, ante las noticias publicadas por la prensa sobre las indignantes condiciones a las que se sometía a los trabajadores de la empresa en Indonesia y Vietnam. Estos temas aparecen en el capítulo de Marx sobre La maquinaria y la industria moderna». David Harvey acaba de publicar Espacios de esperanza, donde aborda en calidad de geógrafo marxista dos de los temas principales del discurso social contemporáneo: la globalización y el cuerpo. El cuerpo, que debe convertirse en «medida de todas las cosas» , puede contemplarse como un nexo a través del cual establecer una política emancipadora. El cuerpo (como la persona y el yo) es una relación interna y por lo tanto abierta y porosa al mundo.

PREGUNTA. ¿Qué espacios de esperanza nos deja el nuevo imperialismo?

RESPUESTA. Después del 15 de febrero vemos cómo el mundo se está abriendo a una globalización alternativa, pero siguen existiendo muchas dificultades para articular una política diferente de una simple política de resistencia. Tenemos que ser muy cuidadosos cuando miramos la posición de Estados Unidos para, por ejemplo, no acabar apoyando a Chirac. Clinton supo disciplinar el mundo con unos mecanismos como Wall Street o el FMI. Ahora Bush no los tiene. Por eso la opción militar en Irak implica un fracaso o una debilidad. No hay ninguna región del mundo en la que no se pueda encontrar manifestaciones de ira o descontento con el sistema capitalista. Pero estos movimientos no significan que sean prosocialistas. Los sentimientos anticapitalistas de base amplia carecen de organización y expresión coherentes. Para mí, una de las virtudes históricas del marxismo ha sido su empeño en sintetizar las diversas luchas, con objetivos múltiples, en un movimiento anticapitalista más universal.

P. ¿Por eso sigue enseñando El capital?

R. El liberalismo, con su sistema de explotación del trabajo, trajo una vuelta al capitalismo del siglo XIX. Y si usted se fija en las condiciones de trabajo en Indonesia o Tailandia, y ahora en China, son calcadas a las que describe Marx en el capítulo sobre la jornada laboral. Cada día leo noticias en los periódicos que son un reflejo fiel de lo que ocurrió hace décadas. Marx hablaba de un ejército de reserva industrial de parados que tiene un gran efecto en el capitalismo avanzado.

P. ¿En qué consiste ese método que usted llama «materialismo histórico-geográfico»?

R. Si observamos las condiciones de trabajo en buena parte del mundo, lo que yo llamo los cuerpos están siendo destruidos por los procesos de producción y sus efectos. Para que un movimiento político llegue a ser universal hay que prestar mucha atención al cuerpo individual. Yo veo la cuestión política como algo que empieza en el cuerpo y llega a lo universal, que libera y emancipa el cuerpo. El materialismo histórico-geográfico es sobre todo el intento de extender esas conexiones en el tiempo y en el espacio.

P. Usted aborda en su libro el concepto de utopía. ¿Es posible creer en ella en la actual situación de guerra?

R. Es duro sentirse esperanzado cuando uno ve la increíble violencia del aparato militar estadounidense. Por otro lado, la expresión de la voluntad popular puede en cierto momento llegar a ser sobrecogedora. La mayor parte del mundo se resiste a la idea de tener que vivir bajo el dominio de Estados Unidos, pero no está claro que la primera potencia mundial pueda sostener ese nivel de militarismo. Sería una gran ironía que EE UU hubiera acabado con la URSS gracias a la carrera armamentística y que destruyera su imperio económico a través del militarismo. La economía estadounidense está endeudada, los bancos centrales europeos y de Taiwan y Japón están prestando el dinero a Estados Unidos para hacer esta guerra. Si la ganan, las grandes corporaciones actuarán rápido, los precios del petróleo bajarán y quizá la economía se reactive. Eso es lo que espera Washington, que piensa que si controla los suministros de petróleo de Oriente Próximo podrá controlar las economías de China y Japón y de Europa, porque estará en la posición de establecer una cabeza de puente en Eurasia desde la que podría influir en la política de toda la región. Uno de los momentos más extraordinarios para mí fue cuando los ministros de Asuntos Exteriores de Francia y Alemania pidieron a EE UU que no atacara Irak. Rusia apoyó esta idea, lo que significa que hay una configuración geopolítica euroasiática que se está alineando contra Estados Unidos. Claro que esto puede producir una situación leninista de rivalidad entre imperios muy peligrosa que quizá lleve a una guerra a gran escala de aquí a 20 años.

P. ¿Saldrá Europa gravemente herida de esta situación?

R. Puede haber dos posibles resultados, uno, el que desea Estados Unidos, que la Unión Europea sea un supermercado sin coherencia interna política o militar. Dos, hay algunos signos de que los europeos necesitan mayor coherencia política y más cooperación militar independiente de Estados Unidos. Pero no puedo predecir.

P. Usted ha criticado duramente a Huntington y su teoría del choque de las civilizaciones.

R. Huntington ha demostrado que es posible convertir tesis estúpidas en verdad. Sadam invocaba al dios del islam y su civilización, un reflejo de Bush invocando a su dios, la libertad y la civilización. Todo se reduce a una lucha entre el bien y el mal, a una especie de película de Hollywood con Sadam en el papel de Mordor (El Señor de los Anillos); Bush, en el de Frodo, y a Blair, en el de Jam.

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Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on diciembre 8, 2009
Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 1.

Curso de economía política Marxista. Impartida por el Dr. Héctor Guillén Romo.


Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 2.

Curso de economía política Marxista. Impartida por el Dr. Héctor Guillén Romo.


Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 3.

Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 3.

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 4.

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 5.

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Teoría de la distribución del ingreso

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on diciembre 8, 2009

Teoria de la distribución de ingreso en Ricardo 1

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.


Teoria de la distribución de ingreso en Ricardo 2

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

CHILE: DATOS DE LA CAUSA

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on diciembre 8, 2009

CHILE: DATOS DE LA CAUSA

De acuerdo a un conjunto de cuadros otorgado por el académico chileno, Alejandro Saavedra, al 2002, las relaciones y porcentajes de las clases en Chile se dividían en un 62 % de trabajadores que viven de un salario a cambio de la venta de su fuerza laboral a uno o más capitalistas; un 7 % de empleadores; un 2,9 % de empleados públicos; un 0,4 % de directivos del Estado; un 5,1 % de directivos de la empresa privada; un 16,6 % de trabajadores por cuenta propia; y un 5,4 % de empleados domésticos.
En términos convencionales, de acuerdo a la distribución de la población, la burguesía correspondería a casi un 7 %; la pequeña burguesía a un 30,46 %, y los trabajadores asalariados a un 62, 6 %.
En general, la población urbana económicamente activa es casi un 90 % respecto de un 11 % de población económicamente activa que se desempeña en el campo.
Según datos ofrecidos por el diario La Tercera en octubre de 2006, en Chile existen a lo menos 6 familias multimillonarias (patrimonio superior a los mil millones de dólares); 126 familias de grandes millonarios (patrimonio entre 20 y 100 millones de dólares); 506 familias de millonarios consolidados (5 a 20 millones de dólares líquidos); y 3.417 familias de millonarios emergentes (entre 1 y 5 millones de dólares). Lo anterior correspondería a la composición de la denominada “gran burguesía” chilena, donde se encontrarían las familias Angelini, Matte, Lucsik, Solari, Paulmann; Piñera, Cueto, Saeih, etc.
Las propiedades diversificadas de la burguesía mandante se encuentran en las industrias minera, forestal y celulosa, bancos, electricidad, telefonía, grandes tiendas, transporte aéreo, vapores, agua potable, bebidas y vino, gas, combustible y pesca. Los capitales funcionan combinadamente entre los propietarios nativos (de tendencia expansiva hacia los países aledaños) y los transnacionales (especialmente españoles, canadienses y norteamericanos, entre otros). Datos de 2004, afirman que las 20 mayores empresas exportadoras son extranjeras en un 40 %, privadas chilenas en un 22 %, y del Estado en un 38 %.
La naturaleza rentista de la clase que domina en Chile y que determina el contenido del Estado se encuentra en el despojo privatizador del subsuelo (especialmente para el extractivismo minero); los recursos marinos, los acuíferos, y los ligados al suelo y la propiedad territorial. Los monopolios en el ámbito de los servicios funcionan de manera especial en las industrias de la electricidad, gas y agua; teléfonos y comunicaciones; gran comercio; servicios financieros: transporte aéreo y autopistas.
Al 2002, la mediana y pequeña burguesía organizaba su propiedad en casi un 20 % en el sector primario; casi un 20 % en la industria manufacturera y la construcción; y un 60 % en servicios. Este sector de la sociedad chilena, hace 7 años, correspondía a 500 mil personas.
En el mismo año, los trabajadores asalariados se dividían en un 14,8 % en el sector primario; un 26, 6 % en la industria manufacturera y construcción; y un 58, 6 % en servicios. Hace 7 años, en total sumaban a más de 3 millones 600 mil personas. Si se estima tendencialmente el movimiento del capital asociado al aumento de la población y la incorporación de mujeres y jóvenes al trabajo, al número anterior es preciso agregarle alrededor de 500 mil asalariados más, de un universo que todavía no llega a los 7 millones de personas. El diferencial se completa con la proliferación de los trabajadores por cuenta propia y la informalidad laboral creciente.

Hacia el 2010, la tendencia del capitalismo en Chile obra concentrando la propiedad, proletarizando formal, pero más informalmente a un gran número de personas provenientes del empleo ampliado de mano de obra femenina y juvenil, cuyo precio promedio de sueldo es ostensiblemente inferior que el de los asalariados hombres por las mismas tareas. Al respecto, la movilidad social en la actualidad no está asociada al ascenso social, sino, por el contrario, a la migración, la precarización de las relaciones contractuales, la flexibilidad laboral y la intensificación de la explotación. En este sentido, vale relevar la ausencia de derechos sociales adecuados, los cuales, simplemente, reproducen las relaciones polares de clase: una minoría tiene educación, salud, vivienda y recreación de “primer mundo”, mientras la inmensa mayoría está condenada a los mismos servicios, pero de “tercer mundo”.

Con un casi un 10 % de cesantía oficial en Chile producto de los efectos de la crisis capitalista, la contracción de la oferta laboral disminuye drásticamente el precio de los salarios; propala el endeudamiento plástico y usurero de las casas comerciales (las cuales han reconocido que ya más de la mitad de sus utilidades provienen de los préstamos caros, más que de la propia venta de mercancía tradicional). La gran mayoría de la gente en Chile no se endeuda para hacerse de mercancías suntuarias, sino para comprar los alimentos básicos en medio de la proliferación de supermercados altamente segmentados socialmente.

La organización del trabajo cada vez más fragmentada; leyes laborales antipopulares y que destruyen las posibilidades de organización sindical en cualquiera de sus formatos posibles (aun en ellos más inofensivos y con nimia capacidad de negociación); el endeudamiento asfixiante, y el control unidimensional de los medios de comunicación de masas (entretención barata que encabeza el panorama recreativo de las grandes mayorías), operan con violencia en el campo de la alienación social fundado en el miedo, el consenso forzado y la resignación.

De este modo, la lucha de clases se expresa soterrada y episódicamente, facilitando el aumento de una verdadera industria delincuencial –con división muy bien organizada de tareas-, conflictos laborales aislados que pocas veces alcanzan el reajuste salarial, multiplicación de psicopatologías ligadas a la incertidumbre, un movimiento popular que no alcanza a revelar sus intereses históricos y que es presa fácil del clientelismo político; la insatisfacción generalizada, el descrédito del debate y hacer en el ámbito público como automovimiento y regulación desde abajo; la desorientación y el subsecuente acuartelamiento en los intereses inmediatos de la sobrevida a escala individual.

Los diagnósticos (donde se incluyen vergonzosamente estas mismas líneas) se multiplican a puerta cerrada, toda vez que se precisa de la construcción simbólica y resignificación –de acuerdo a los tiempos políticos y la propia conciencia popular- de los aspectos convocantes y que ofrezcan sentido contemporáneo a las claves de la emancipación social. Sobre lo último, la asociación entre ética y política es una matriz desde donde enarbolar la edificación del paradigma propio de la liberación de las mayorías.

Ahora mismo, las elecciones presidenciales y parlamentarias del próximo fin de semana han contado con la indiferencia más extendida desde el comienzo de los gobiernos civiles. La competencia entre tres candidatos estratégicamente de la Concertación (más allá del programa del candidato Arrate de la izquierda tradicional, finalmente llamará a votar por Frei en la segunda vuelta) y uno de la derecha convencional, ha provocado una suerte de confusión e indolencia electoral. Lo cierto es que iniciativas políticas anticapitalistas, como el MPT, pronto deben ser capaces de establecer superiores niveles de sintonía popular, superando la reagrupación inicial que lo justifica. Razón y fuerza siempre van de la mano. Y no hay más remedio que apelar al peruano luminoso, reunir y propiciar el movimiento real de los pueblos y los trabajadores territorializados en Chile, y provocar, una vez más, “la creación heroica”, ya no más copia, ya no más calco. Adiós manuales, facilismos y “vías rápidas”. Sólo lucha, inteligencia, disciplina y corazón.

Andrés Figueroa Cornejo
Diciembre 7 de diciembre.

Manuel Castells: Globalización, tecnología, trabajo, empleo y empresa

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on diciembre 6, 2009

Manuel Castells: Globalización, tecnología, trabajo, empleo y empresa

por Manuel Castells, sociólogo

En primer lugar, me centraré en la transformación que se ha producido. La transformación de orden económico y tecnológico. En términos económicos, puede caracterizarse la economía por tres grandes características: es informacional, es global y funciona en red. Vayamos a lo informacional.

Como sabéis en la economía hay dos características fundamentales, son la productividad y la competitividad. La productividad, como ya sabemos, es la unidad de cuántos productos se obtienen por unidad en sumos; y la competitividad es cómo se ganan partes del mercado, no necesariamente a costa de los otros, ya que el mercado se puede ampliar. Eso genera la competitividad positiva y la competitividad negativa (te destruyo a ti para tener más).

De hecho, la historia económica demuestra que la competitividad positiva, que es la ampliación de mercado para casi todo el mundo, suele ser más beneficiosa para todos que la negativa, la del “te tiro por la ventana para quedarme con este trozo de mercado”. Por tanto, para empresas, regiones o países, estas dos variables, -productividad y competitividad-, son las variables centrales de toda economía. Se puede demostrar que los elementos clave hoy día son la capacidad tecnológica y humana de generar, procesar y producir.

La información

Información y conocimiento son las variables decisivas en la productividad y en la competitividad. No quiero decir que el capital no cuente. Si que es importante. Pero con conocimiento y tecnología y sin capital, se puede llegar a generar bastante capital, y sino que se lo pregunten a Bill Gates. En cambio, con capital, pero sin tecnología y conocimiento se pierde ese capital, y sino que se lo pregunten a RCA, por ejemplo, que fue a la quiebra porque no desarrolló la tecnología adecuada en su momento. O a las empresas del automóvil europeas, de las que ya hablaremos después si queréis, pero que están sobreviviendo en base al capital japonés. Si entran de verdad las empresas japonesas en Europa, se acaba Renault, que no tiene capacidad de producir un coche en términos de horas-persona, que son más o menos un 40% más caros que en Toyota. Lo mismo para la competitividad de toda clase. Además, análisis econométricos demuestran que cuanta más tecnología tienen los sectores económicos o las empresas de un país, más partes del mercado dan.

Un ejemplo: Nokia. Estuve hace quince días en Finlandia, y me organizaron una reunión con toda la gente de Nokia, que me contó un poco su historia. Nokia en estos momentos es la segunda productora del mundo de teléfonos móviles y la primera europea, por encima de Alcatel, por encima de Ericson, etc. Nokia era una pequeña empresa, de una pequeña ciudad finlandesa, organizada primero en torno a la madera, que luego fue reconvirtiéndose. Tiene ciento treinta años. En los últimos veinticinco años entendieron que el tema era tecnología electrónica, informática y telecomunicaciones, se metieron a fondo allí y hace quince años dieron el salto para ocuparse totalmente de telefonía móvil. Vendieron, por ejemplo, sus empresas de televisión y sus demás productos e invirtieron todo lo que tenían en hacer una excelente telefonía móvil, y en estos momentos son los número uno.

Los ejemplos reales son muchos, pero es, sobretodo, con los datos de análisis econométricos, que se puede mostrar esta relación con la información: no sólo tecnología, también información. Si la tecnología es buena para procesar la información, pero no tienes buena información, tampoco puedes hacer nada. Información, tecnología, capacidad de gestión y procesamiento: ésta es la base para la creación de productividad y competitividad. Eso es una herramienta de empleo.

En otros momentos de la historia la información tal vez no ha sido muy importante para la economía y para la sociedad. La tecnología siempre ha sido poder absolutamente. Lo que cambia hoy día es que precisamente por el poder de las tecnologías de información, esa importancia se acrecienta. No que la información antes no era importante y ahora si. La información siempre ha sido importante. Pero al existir nuevas tecnologías de información, el grupo de la información tiene un papel más decisivo, ya que se puede procesar, transmitir muy deprisa y con gran flexibilidad.

El mito de la globalización

Segunda característica: es una economía global. Y esto tiene bastantes ambigüedades. Una economía global no es lo mismo que una economía mundial o que una economía fuertemente internacionalizada. Y me explico, porque este es un punto clave. Clave prácticamente, no sólo teóricamente.

La mayor parte de la gente en el mundo no trabaja en empresas globales, ni siquiera en empresas que están relacionadas con procesos globales. Se calcula -no sé si los datos son correctos- que entre el ochenta y el noventa por ciento de la mano de obra mundial trabaja en mercados de trabajo locales, locales entendiendo regionales, ni siquiera en nacionales. Obviamente incluyendo en esto toda la inmensa mano de obra rural en Asia, o Africa, o América Latina. Asia, todavía hoy, es más rural que industrial. Pero incluso en las economías urbanas la mayor parte de gente trabaja en mercados de trabajo locales. Así es en el mundo y también en España.

Aunque la venta en exportaciones es importante, la empresa hace lo esencial en el mercado nacional o regional. Desde ese punto de vista ha habido un mito: el de la globalización. Insisto, no es una economía mundializada, no es el mundo el ámbito de trabajo de la economía y del mercado de trabajo. Lo que ocurre es que las actividades cercadas, nucleares de todas las economías, sí están globalizadas

Por globalizadas entiendo que trabajan como una unidad en tiempo real a nivel planetario, esta es la definición de globalidad. O sea que las actividades económicas centrales, nucleares, de nuestras economías, trabajan como una unidad, en tiempo real, a nivel planetario a través de una red de interconexiones.

Un ejemplo: el mercado de capitales. El mercado de capitales sí está globalizado, pero no está globalizado absolutamente. Es decir, no es que todos los ahorros circulen globalmente cada día, pero están todos conectados todo el día. Acabamos de ver con la crisis asiática que no es que se hundió el yen, es que se hundió el baht tailandés.

Hay que tener en cuenta esto, porque se hunde el baht tailandés y afecta a mis ahorros en La Caixa, a través de una serie de interacciones y de oleadas sucesivas en el tiempo. Esto es nuevo. Que los mercados de capitales estén interconectados es nuevo, porque sólo ahora, en los últimos diez años, se ha creado la infraestructura tecnológica que permite la interconexión instantánea de capitales. Y los ordenadores están ya programados para que cualquier fondo de inversión pueda cambiar de moneda, de acciones a nivel mundial, siguiendo las ocasiones de rentabilidad y huyendo de los momentos de crisis. Esta movilidad global e instantánea del capital es una actividad globalizada, y no es algo secundario que en la economía capitalista el capital esté globalizado.

Información y tecnología

Segundo: la información y la tecnología están globalizadas. Es decir, hoy día hay unos stocks de tecnología, hay unos centros tecnológicos que se compran, se difunden, se transmiten en función de la capacidad de las empresas de ligarse a esos circuitos de tecnología global. No hay una tecnología catalana, una tecnología californiana -hubo tecnología californiana, pero ahora es global, no hay una tecnología japonesa. Hay un mercado de tecnología no siempre transparente, hay momentos de monopolio momentáneo, pero son momentos siempre reducidos, porque quien no sigue andando en esa tecnología, se queda obsoleto. Entonces, hay que abrir la tecnología que se tiene porque si no, no se puede interactuar con otras.

Eso, por cierto, tiene páginas. Es lo que le pasó a la Unión Soviética, que al cerrar su sistema tecnológico y no comunicar con nadie, porque era todo secreto militar, se quedó obsoleta.

La mano de obra más cualificada, no la mano de obra en general, también está globalizada. Es decir, los analistas financieros, los grandes periodistas, los tecnólogos. Esto sí que está globalizado. No necesariamente viven en todo el mundo, pero son mercados de trabajo en que la gente circula en esos niveles.

Los mercados más importantes y más dinámicos están interpenetrados, es decir, la mayor parte de mercados son regionales, pero es fundamental por parte de empresas de otros países la capacidad o no de penetrar en el mercado americano, en el mercado asiático, en el mercado latinoamericano. Es decir que, la estrategia, la situación de empresas en el comercio internacional sí es importante, aunque no sea lo único.

En última instancia, la producción está en parte globalizada en términos de la importancia que tienen empresas multinacionales y sus redes auxiliares de producción en el conjunto del mundo. Pero las empresas multinacionales no emplean tanta gente como parece, “sólo” unos setenta millones de trabajadores en todo el mundo.

En la base global de mano de obra no es mucho setenta millones de personas. Pero estos setenta millones de personas, en términos de valor, de producción de valor, es en torno a un tercio del valor de la producción mundial. Eso son directamente las empresas multinacionales. Con sus empresas y relaciones auxiliares, constituyen el corazón de la producción industrial y de servicios mundial. Esto es la otra cosa que a veces se olvida: -”Pero bueno, la producción industrial.” -”No oiga, pero es que Arthur Andersen son servicios, la publicidad son servicios, es que los medios de comunicación son servicios, etc., y están globalmente globalizados.” Este elemento de la globalización, como núcleos de empresas, hace que aunque la gran parte de la fuerza de trabajo y la gran mayoría de empresas no estén para nada globalizadas, la dinámica, la situación y el funcionamiento de las economías de todos los países dependan de la conexión con este núcleo central, por vínculos sucesivos entre lo que hago o en lo que trabajo y lo que ocurre en ese núcleo central en el país y en el mundo. Ese es el tipo de vinculación.

El funcionamiento en red

La tercera característica es que funciona en red. Y esto es relativamente nuevo: que las redes, son las redes del trabajo. Las redes empresariales es un término antiguo. Lo que ha cambiado con las redes también es la tecnología. Es decir, que la red -poner juntos varios elementos, varias personas, varios trozos de empresa o varias empresas para hacer algo juntos- tiene la ventaja de la flexibilidad, de la adaptación rápida a la demanda: cuando hay una demanda fuerte se organiza la red, cuando no la hay, se disuelve y se usan nuevos recursos.

Pero tiene un gran problema, que es la coordinación. Es un auténtico galimatías coordinar a catorce segmentos distintos de empresas y a muchos cientos de personas con espacios laborales diferentes. Con la nueva tecnología de información puedes tener la flexibilidad de la red y también la coordinación y unidad de proyecto de la decisión con las tareas que hay que realizar. Esto se concreta en la aparición de una nueva forma de actividad económica que llamo la empresa-red y que no son redes de una empresa.

En concreto, funciona así: veamos empíricamente y muy rápidamente lo que ha pasado en el mundo de la empresa en los últimos veinte años. Las grandes empresas se han descentralizado cada vez más, dando autonomía de decisión a departamentos y divisiones en cada mercado, en cada actividad. Por ejemplo, IBM estaba a punto de desaparecer como empresa y lo que hizo fue crear muchas pequeñas empresas. Cada una de ellas recibe autonomía e incluso compiten en ciertos mercados en cierta línea de producto. La empresa IBM sigue siendo la unidad de capital, la unidad jurídica, la unidad de estrategia financiera, pero cada departamento, cada división, cada mercado nacional y cada sucursal, trabaja con una gran autonomía. Por tanto, IBM se convierte en una red de empresas internas más o menos coordinadas entre ellas.

Las pequeñas y medianas empresas de todo el mundo son, con razón, las empresas más dinámicas, las que crean más empleo en todos los países. Claramente. Pero el problema de la pequeña y mediana empresa es que es muy dinámica, que puede hacer innovación, que es generalmente intensiva en el trabajo, pero al mismo tiempo no tiene la masa de recursos, no tiene la capacidad de competir con grandes empresas en los mercados.

¿Qué es lo que está ocurriendo en todo el mundo? y ¿por qué las nuevas pequeñas y medianas empresas son dinámicas? Porque se han constituido en alianzas entre ellas, en cooperativas, en redes, pero no en redes estables. O sea, me pongo de acuerdo contigo para hacer esto este año o este mes y cuando se nos acaba esta orden que nos ha llegado, tú por tu lado y yo por el mío. O incluso la propia empresa desaparece y vuelve a aparecer cuando algo puede funcionar.

Esto es, por ejemplo, el modelo de las famosas empresas de la Emilia-Romaña italiana, del norte y centro de Italia. Funcionan así, son pequeñas y medianas empresas, pero funcionan en red. Algunas de ellas, funcionando así, se han hecho muy importantes, como Benetton.

¿Cómo funciona Benetton? Benetton -como sabéis es una empresa familiar- funciona en base a conceder licencias a cinco mil puntos de venta en el mundo, que tienen sólo dos obligaciones: una, que sólo venden productos Benetton. No puedes comprar nada más en una tienda Benetton. Segundo, que les envían diariamente información on-line de lo que venden. Sobretodo, de una característica fundamental. ¿Cual os parece que puede ser? ¿Qué característica de los productos Benetton tiene que saber ésta al día?: El color que más se vende. ¿Cómo se llama Benetton?: Los colores unidos de Benetton.

El producto Benetton no es un producto nada extraordinario, ropa deportiva, etc. Pero se les ocurrió la idea genial: el color es muy importante. Y el color depende de la moda, de la gente, del país, de cómo está el tiempo. Si eres capaz de reaccionar al color en cuestión de semanas y cambiar la línea de producción para determinados sitios y no para otros en función del color, te comes el mercado. Y una vez que tienes mercado, lo amplias.

La clave del sistema de Benetton es que, por un lado, tienen información on-line, directa al centro coordinador de Benetton, respecto al color y, por otro lado, economía informal a tope. La producción real de Benetton se hace en Turquía, en el sur de Italia, generalmente mujeres en su casa y en pequeños talleres, con lo cual pueden responder muy fácilmente porque tienen la oferta de trabajo siempre allí. En cuanto llega una nueva demanda: “¡Cambien el color!”. Y cambian el color, con máquinas bastante avanzadas, pero con trabajo informal y descomunal. Por consiguiente, Benetton es una red de puesta de servicio del diseño central, los puntos de venta, la fabricación de economía informal. Eso es una red.

Pequeñas y medianas empresas funcionando en red han estado en la base del trabajo empírico que realicé, en parte, sobre Hong Kong. Ahora ya no, pero todo el desarrollo industrial de Hong Kong y Taiwan se basó en esto, en pequeñas y medianas empresas funcionando en red.

También están las grandes empresas que necesitan, obviamente, sus subsidiarios. Toyota tiene como quince mil empresas de subcontratistas. Éstas grandes empresas, que son una red interna, están conectadas a redes de pequeñas y medias empresas, por tanto es una red de redes. Y ya para complicar más el tema, pero vaya, es una cosa que desde vuestra práctica profesional lo conocéis perfectamente, son -en los últimos diez años es lo que se ha impuesto cómo práctica- las llamadas “alianzas estratégicas” entre grandes empresas, que no son los oligopolios tradicionales.

Pongamos un ejemplo concreto: IBM, Toshiba y Siemens se pusieron de acuerdo hace cuatro años para producir un chip de telecomunicaciones para el mercado alemán. En ese proyecto cada uno pone su gente, sus trozos de empresa, su capital, su tecnología. Y el proyecto operativo de esa empresa es ese chip, para ese mercado y en ese momento. Pero eso no quiere decir que Toshiba, Siemens o IBM se unan o tengan una alianza para diez años. No, porque el mismo día, a la misma hora y en otro sitio se están pegando. Pero para ese producto son aliados. Acaban ese producto y ya tienen el mercado. Se deshacen y a otra cosa.

Por tanto es una geometría variable. Es otra red que, como habíamos visto, es una red de redes, pues es un proyecto concreto que se constituye en torno a una red que utiliza las redes que cada uno tenía.

Esto tiene consecuencias bastante importantes, porque quiere decir que, si bien la unidad de acumulación de capital y acumulación a nivel jurídico -y en consecuencia de las acciones- es una empresa y por tanto sigue siendo una empresa, la unidad operativa real en la economía es una red, y es la red la que emplea, contrata, da órdenes y desemplea. Al ser un elemento de geometría variable, cambia de forma, de componentes, y la fuerza de trabajo cambia de tipo también. Cada vez más, estas redes tienen un núcleo de trabajo estable y una amplia periferia de trabajo inestable que se conecta y desconecta a la red según lo van necesitando las empresas.

El nuevo tipo de trabajo

Ahí tenemos el nuevo tipo de economía y el nuevo tipo de trabajo. Empezaremos por el trabajo y luego hablaremos del empleo.

El nuevo tipo de trabajo se caracteriza, cada vez más, por una separación fundamental entre dos tipos de trabajo -para traducir las ideas a lo esencial-. Uno, es lo que llamo el trabajo autoprogramable y, otro, lo que llamo trabajo genérico.

El trabajo autoprogramable es el que desarrolla aquel trabajador que tiene una capacidad instalada en él o ella de poder tener la posibilidad de redefinir sus capacidades conforme va cambiando la tecnología y conforme cambia a un nuevo puesto de trabajo. En estos momentos lo que la gente aprende, no sólo en bachillerato, sino en la formación profesional, o en sus primeros años de vida profesional, queda obsoleto rápidamente, tanto desde el punto de vista de tecnologías que se aprenden, como desde el punto de vista de qué tipo de empresa, qué tipo de gestión, qué tipo de mercado se toca.

Se calcula que, en estos momentos, una persona que empiece su vida profesional ahora, a lo largo de su vida cambiará, no de puesto de trabajo, sino de profesión, más o menos cuatro veces. Lo cual quiere decir que aquellas personas que sean capaces de redefinir lo que tienen que hacer, volver a aprender, volver a entrar en saber cómo hacer las nuevas tareas, nunca se quedarán obsoletas. Esto no es una simple cuestión de cualificación.

Aquí hay que diferenciar entre el nivel de educación y las cualificaciones. Las cualificaciones específicas, por ejemplo, lo que hacen las escuelas profesionales, incluso las mejores, las alemanas. Hoy día desaparece la cualificación rápidamente si sólo saben eso, si sólo saben lo que les enseña la empresa para lo que la empresa quiere.

Por ejemplo. En los años sesenta, cuando realicé mis estudios universitarios, aprendí a programar, sabía programar Fortrand 4 y Basic. Ahora no me sirve de nada. Afortunadamente los ordenadores son más fáciles de manejar mediante otras cosas. Lo que aprendí en informática, con un gran esfuerzo porque no era informático para nada, no me sirve absolutamente de nada, ni siquiera la lógica, porque la lógica es distinta, es una lógica en red, y no analógica matemática como la que se enseñaba en aquellos momentos.

Lo que importa, más que unas cualificaciones, es una capacidad general educativa de cultura general, de capacidad de asociación, de saber cuáles son las cualificaciones que necesitas para las tareas que tienes que hacer, dónde buscarlas, cómo aprenderlas y cómo aplicarlas. Para entendernos, un nivel intelectual general, lo cual implica toda una redefinición del sistema de educación: la capacidad social de hacer pasarelas entre el trabajo y la educación.

Junto a eso hay, lo que llamo un trabajo genérico -para provocar un poco con un término-, que es la gente que simplemente tiene sus capacidades humanas con un nivel de educación más o menos básico; que simplemente recibe instrucciones y ejecuta órdenes y que incluso no le dejan hacer más que eso.

Este tipo de trabajo es el trabajo que efectivamente puede ser eliminado fácilmente en función de una alternativa desde el punto de vista del trabajo, desde el punto de vista de la empresa. Este trabajo genérico coexiste con máquinas y coexiste con trabajo genérico en otros países, es el mismo mercado de trabajo. O sea, una empresa puede tener la opción: “O empleo a esta persona, o utilizo una máquina en lugar de esta persona, o traigo este producto producido por un obrero tailandés que me cuesta diez veces menos”. En esa relación es donde hay una reducción de las capacidades de la fuerza de trabajo de este tipo, genérica, que pierde capacidad de negociación. Para entendernos, pierde valor.

Eso no quiere decir que puedan ser eliminados, pero es simplemente una relación de coste y beneficio, de cuanto trabajo genérico me hace falta en comparación con una máquina; en comparación con trabajo globalizado. O, qué combinación óptima de estos tres elementos me sirve. Ninguna empresa puede hacer un cálculo tan ajustado, pero lo hace el mercado por la empresa. Es decir, las empresas que más o menos intuitivamente encuentran la combinación óptima avanzan, y las que no, se hunden. Eso sería un poco esa división fundamental, que no es una división social, sino tecnológica, y por tanto no es una fatalidad. Se puede actuar sobre ella.

El impacto en el empleo

Aquí entraríamos en qué impactos sobre el empleo -sobre la creación de trabajo, en general- tiene este tipo de organización.

Una cuestión en la que soy bastante duro en todas mis investigaciones en España, por razones en el fondo políticas, es que las nuevas tecnologías y este nuevo sistema como tal, no produce paro. Las nuevas tecnologías no producen paro. En Europa hay una visión absolutamente equivocada, empíricamente equivocada. Que haya un paro estructural por razones tecnológicas, no es una cuestión de opinión.

Primero, observando los datos empíricos, lo que encuentro es que esta visión parece muy progresista, pero en el fondo es muy reaccionaria, porque quiere decir que la tecnología es un fenómeno natural y que nadie más tiene la culpa. Que los culpables no son las empresas, ni los trabajadores, ni los gobiernos. Que no es culpable la Unión Europea. Que nadie es culpable de nada. Simplemente hay un fenómeno natural llamado tecnología que llega y nos quita el trabajo. Tal planteamiento es absolutamente reaccionario, porque pretende hacer una catástrofe natural de lo que es un fenómeno social, que, como tal, puede gestionarse de forma diferente.

Empíricamente, la mayor parte de estudios que se han hecho -y han sido muchísimos- sobre la relación entre tecnología y pérdida de empleo, muestran que no hay relación.

Tampoco es cierto, como dicen los tecnócratas, que, por definición, las nuevas tecnologías crean más empleo. No es así. Depende. Depende de qué tecnología, de qué puesto de trabajo, de qué formación, de qué políticas de la empresa, de qué políticas del gobierno. Depende de todos esos factores. Para entendernos, el resultado final de millones de estudios empíricos es que no hay relación por sí misma entre tecnología y empleo. Depende de muchas otras cosas. Hay, pues, que actuar sobre las otras cosas, porque la tecnología es indispensable para lo que decíamos anteriormente.

Ahora bien, si se suma todo lo que estamos viendo -el más, el menos, el depende aquí, el depende allá- para saber si destruye empleo o no destruye empleo, el resultado global final, es que no. En último término el empleo aumenta, no disminuye.

Primero, está aumentado en el mundo. Ha habido un aumento extraordinario de empleo en el mundo en los últimos veinticinco años. Entre otras cosas porque la mujer -que ha estado siempre incorporada al trabajo, pero no al trabajo remunerado- ha entrado a nivel mundial en masa en el trabajo remunerado, no sólo asalariado, sino cómo pequeña empresaria también. Y ha absorbido el mercado de trabajo.

Segundo, el empleo industrial. Los datos de la OIT demuestran que en los últimos veinticinco años ha aumentado el 72%. Setenta y dos por ciento más de empleo industrial. Ha disminuido en términos absolutos en los países de la OCDE, simplemente porque el empleo se hace en la industria, pero en otro sitio. Se hace en China, se hace en Brasil, se hace en el sudeste asiático, se hace en Méjico. Y hay una reconversión.

Por cierto, la cuestión de que desaparece el empleo industrial en gran parte es un artefacto estadístico, porque llamamos servicios a cosas que son industria. A mi que me cuenten por qué el software no es una industria o por qué la producción de programas de vídeo o de televisión no es una industria, etc. O sea, cuando haces un diseño para un automóvil en la fábrica, en una empresa de automóviles, es industria, y cuando lo haces en una consultora, no es industria.

Las categorías sociales se polarizan

Uno de los grandes problemas que tenemos en estos momentos es que las categorías estadísticas con las que trabajamos son obsoletas, no son adecuadas a un sistema en que la información es central. Por tanto, todo lo que es información, pero que puede ser perfectamente industrial en el sentido tradicional del término, sigue creando empleo.

Sobre empleo en general, hay mucha más tecnología en producción y mucha más difusión de la tecnología en el conjunto de la sociedad americana y japonesa que en la Unión Europea, y sin embargo, EEUU y Japón son las sociedades -hablando de modelos diferentes, por cierto- que tienen el menor nivel de paro.

El nivel de paro en Japón está en torno al 3,4% y en EEUU al 4,9% en la última estadística. El nivel más bajo de los últimos veinte años.

La gente dice que el problema es que muchos tienen empleo, pero de vendedores de hamburguesas. Si tomamos las estadísticas americanas, haciendo un cálculo muy concreto que es dividir en tres niveles (salarios altos, medios y bajos) y ver qué proporción de los trabajadores está en cada uno de esos tres niveles en el año sesenta y en el año noventa y cinco, son los dos puntos de inflexión, no hay datos más recientes sobre ese tema.

En el año sesenta, el nivel alto de salarios incluía el 24% de la población americana y en el año noventa y cinco el 34%. El nivel de salario bajo comprendía el 30% en el sesenta, y en el noventa y cinco el 32%. También se incrementa, pero menos.

Lo que se hunde es el centro. Lo que hay es una polarización social, pero, sobretodo, aumento de nivel. Esto no quiere decir que la gente haya mejorado mucho, porque tu puedes estar en el tercio alto, pero cobrar menos que cobrabas, en términos reales treinta años antes y en realidad, excepto el 5% más elevado de la población de trabajo de EEUU, el resto ha perdido en valores reales.

Lo que quiero decir es que una cosa son los niveles de remuneración y estándares de vida, y otra cosa es si se crean o no puestos de trabajo de alto nivel o de bajo. La respuesta es que se crean proporcionalmente muchos más de alto nivel. No son los vendedores de hamburguesas, son los informáticos, son los analistas financieros los que más han crecido en términos de la masa del trabajo. Pero en términos relativos, desde luego, porque en términos absolutos pueden ser el 300% y ser cuatro.

Insisto en ese tema porque, os lo digo con toda sinceridad, estoy muy alarmado del crédito que se le ha dado en Europa a cosas como el libro de Jeremy Rifkin, eso del fin del trabajo, prologado por Michel Rocard, defendido por socialistas europeos. No todos.

El libro de Jeremy Rifkin, que se llama “El fin del trabajo”, en EEUU nadie lo considera serio, ni en los medios académicos ni en los medios sindicales. Sin embargo, en Europa se le ha dado una gran importancia.

Tiene dos características, primero que no da ni un sólo dato. Hay que tener cara dura para decir que se acaba el trabajo y no dar ni un dato. Lo que da son recortes de prensa diciendo que tal empresa ha cerrado y ha echado a tantos. Hombre, pues sí, pero cabe matizar cuántos abren, qué otra empresa se crea, etc. Segundo, que proclama la idea de que se acaba el trabajo, que el trabajo lo destruye la tecnología y, por tanto, que hay que hacer otro modelo de sociedad.

Puedo estar de acuerdo y lo estoy, en que hay que hacer otro modelo de sociedad, pero no porque la tecnología destruye el trabajo, sino porque la tecnología nos permite trabajar menos y producir más. Esto lo ligo a un elemento que es un poco más propositivo, pero para ya entrar en la discusión.

El objetivo de las 35 horas

Muchas veces, en Europa, se liga a esta discusión el tema de las treinta y cinco horas. También estoy preocupado por esto, porque creo que el objetivo de las treinta y cinco horas es muy positivo como elemento de cambio de modelo de vida y como reivindicación social de los trabajadores. Pero en el sentido de que es una tendencia histórica. Desde hace cien años, la tecnología nos permite trabajar menos, producir más y vivir mejor. Esa es la tendencia histórica y hay que continuarla, porque el tiempo libre forma parte de la calidad de vida y de los derechos del trabajador. Pero no porque la tecnología destruya empleo y nos obligue a las treinta y cinco horas para repartir entre los demás el trabajo que queda. Ese argumento, en el fondo es muy peligroso, porque no va a funcionar así, porque no se crea empleo reduciendo el tiempo de trabajo.

Si se reduce el tiempo de trabajo la empresa tiene otras alternativas que no pasan necesariamente por crear empleo. Por ejemplo, aumentar la productividad, introducir nuevas máquinas, comprar productos en los mercados exteriores. Y depende.

Si se plantea como una solución al problema del paro, va a fracasar, porque las empresas van a estar en contra y ,además, no va a funcionar en términos de creación de empleo.

Hay quienes dicen: “Tampoco lo creo, más bien va a dañar el empleo”. La patronal francesa ha hecho una gran ofensiva en estos momentos, pues piensa que esto destruye el empleo más que crearlo. Creo que también es exagerado, creo que es interesado. Pero, en lugar de plantearlo como una política de creación de empleo, hay que plantearlo como una política de mejora de las condiciones de vida de la gente, es decir, que cuando la gente trabaje menos pueda trabajar con el mismo salario.

¿Qué ocurre con este impacto tecnología-nueva economía en el empleo? ¿No tiene efectos? Pues sí, tiene muchísimos y muy importantes, pero no la creación de paro en sí. Hay paro, hay un nivel de paro muy importante en Europa Occidental, en Europa Oriental y en Europa Central por cuestiones macroeconómicas o institucionales. No por cuestiones ligadas a la tecnología.

En cambio, lo que sí hay son impactos muy importantes sobre el tipo de trabajo, el tipo de relaciones laborales derivados de este nuevo modelo, que es el modelo que está difundido a nivel mundial. Es, sobre todo, la flexibilidad estructuralmente determinada de la fuerza de trabajo y de la relación trabajador-empresa. Todos los argumentos que os he presentado antes apuntan hacia lo mismo, al hecho de que las empresas tienen la capacidad y la necesidad, a través de la competitividad, de emplear trabajadores de distintas formas, en distintos tiempos, con distintas situaciones laborales.

Esta flexibilidad extrema, que permite la tecnología, impone las condiciones constantemente cambiantes de unos mercados globalizados por vínculos sucesivos. Por tanto, lo que sí se está produciendo es el proceso que llamo de individualización de la relación entre trabajador y empresa y de la individualización del trabajo.

La revolución industrial consistió en sacar campesinos de sus campos y artesanos de sus talleres y hacer de ellos trabajadores asalariados en la gran empresa, en las grandes corporaciones, etc. Incluso hay una vieja frase marxista que dice: “El capitalismo organiza a la clase obrera”. Creo que es un poco mecánica, pero bueno, responde al hecho de que el capitalismo acababa produciendo.

En estos momentos el capitalismo desorganiza a la clase obrera. Es decir, es el proceso inverso, desde el punto de vista estructural. Eso no quiere decir que sea una inevitabilidad, pero si miramos los datos, lo que está produciéndose es un cambio sustancial de las relaciones laborales en todos los países. Por ejemplo, estudios hechos con un colega de Stanford, Martin Carnoy, que se han publicado ahora en la OCDE, sobre lo que llamamos la “flexibilidad sostenible”, en que, primero, presentamos los datos de transformación del mercado laboral.

Si definimos el trabajo estándar como el trabajo de un trabajador con contrato indefinido a tiempo completo en una empresa o en una administración y que tiene, más o menos, una trayectoria profesional previsible. Si utilizamos tal definición como modelo estándar de organización y trabajo, nos equivocamos. En estos momentos en el Reino Unido, la cuna de la Revolución Industrial, el 52% de la fuerza laboral no corresponde a este modelo, corresponde a trabajos a tiempo parcial, trabajadores temporales y autónomos. En estos momentos casi el 20% de la fuerza laboral en el Reino Unido son autónomos y en Italia el 25%. Hay una explosión del trabajo autónomo, todos consultores de todos. En Francia en este momento el trabajo no estándar es, más o menos, el 35% (por no estándar añado todo esto, que no es el modelo antes expuesto). En EEUU es casi el 40%.

Holanda, es el país modelo de creación de empleo, en este momento en la Unión Europea. Ya sabéis que el tema de Holanda es que es trabajo a tiempo parcial, y que lo que ha habido es una entrada masiva de mujeres en el mercado del trabajo holandés. Ha subido la fuerza laboral, pero en base a trabajo a tiempo parcial. En EEUU la mayor empresa es Manpower, la empresa de trabajo temporal que emplea un millón de personas. Un millón de trabajadores trabajan en Manpower, pero no trabajan, sino que alquilan su mano de obra. En España las cosas son más complicadas, pero como sabéis la inmensa mayoría de contratos que se hacen en España son contratos no de carácter indefinido. Los de carácter indefinido son menos del 10%. Y, en Cataluña un dato que me pareció bastante significativo, es que el año pasado, por primera vez, se crearon más puestos de trabajo autónomos que asalariados. En Cataluña, que es la comunidad más dinámica de España en estos momentos.

Esta es la verdad razonable, aquí sí que hay un pacto decisivo que va en el sentido del nuevo tipo de economía, del nuevo tipo de tecnología y que realmente transforma las relaciones laborales. Esto tiene dos caras, o tres caras, si queréis.

La nueva relación laboral

Por un lado, y desde el punto de vista de eficiencia, de productividad y de competitividad de las empresas, incrementa esta gran flexibilidad, incrementa productividad, permite una asignación más racional de recursos, permite desarrollar una capacidad de intervención en el mercado de forma más estratégica. Es decir, hay todas las ventajas de la flexibilidad.

Ahora bien, esto tiene tres caras. El fenómeno, por un lado, incrementa la flexibilidad, incrementa la eficacia de las empresas, permite reciclar constantemente fuerza de trabajo, pero tiene tres grandes problemas.

El primero es un problema propiamente desde el punto de vista de la empresa, que es la contradicción, si no se soluciona, entre productividad y flexibilidad en un sistema de trabajo precario. Y es lo siguiente: la OIT me pidió hace dos años un informe sobre esto, se lo hice, se discutieron en asambleas de la OIT, provocó una gran discusión porque lo que planteaba era muy sencillo, pero muy devastador para las empresas, no sólo para los trabajadores. Es lo siguiente. Gran parte de la productividad de la fuerza de trabajo depende, en primer lugar, de la información y del procesamiento de la información y, segundo, de la capacidad del trabajador, de su conocimiento específico de la empresa y de los procesos de la empresa.

En esto hay un especialista japonés, Nonaka, que ha hecho grandes estudios empíricos que muestran que gran parte de la productividad de las empresas japonesas depende de lo que él llama el conocimiento no explícito, que es el conocimiento que tiene un trabajador de qué pasa en la empresa, de qué pasa en un proceso de trabajo, de qué pasa en una cadena de montaje.

Los famosos grupos de calidad y los de trabajo en equipo consisten en eso, en que los trabajadores se reúnen y hacen explícito el conocimiento implícito que el trabajador tiene de la empresa.

Por tanto, hay algo que es más que la tecnología, que es la capacidad de adaptarse a un proceso, que se obtiene por eso que hemos llamado la experiencia de la empresa. Eso requiere algo, requiere una condición social de que el trabajador tenga interés en comunicar ese conocimiento dentro de la empresa. Si el trabajo es precario, si su conocimiento es su capital, ese conocimiento se lo guarda y lo va dando poco a poco en distintas empresas y de distinta forma.

Por un lado, pierde conocimiento específico si cambia de empresa, por otro lado, el capital profesional que va adquiriendo, que es suyo y que no es simplemente un nivel tecnológico, sino una experiencia, se lo va guardando como moneda de negociación para las próximas relaciones laborales.

Por tanto, baja la productividad de cualquier trabajador, y estudios empíricos lo demuestran: a menor implicación y menor duración en la empresa, menor productividad. Por consiguiente, hay una contradicción entre flexibilidad y productividad.

Segundo problema, ya a nivel no de empresa, sino de la sociedad en general. La capacidad de individualización de la fuerza de trabajo hace que los trabajadores puedan tener una relación muy individualizada, en función de sus características con su empleador, o con su contratante, cuando son consultores o autónomos. Aquellos trabajadores con altas cualificaciones y poder de mercado pueden incluso salir mejor, pero todos aquellos que no tienen un poder individual del mercado, al ser individuos, e individuos genéricos, reemplazables o no por máquinas o por trabajo importado de otras partes, pierden capacidad de negociación, porque “si no quieres tú, mira la cola que tengo”. Esto está en la base del fenómeno de incremento de desigualdad social y de incremento de polarización. Polarización es que los ricos son más ricos y los pobres son más pobres. Desigualdad es que hay más desigualdad, aunque a lo mejor todo el mundo podría ser más rico. Están produciéndose a nivel mundial los dos fenómenos: mayor desigualdad y mayor polarización.

La individualización del trabajo

Tercero, el tema también fundamental es que con una fragmentación de las empresas en redes y con una individualización creciente del trabajo y de los trabajadores la capacidad de diferenciación de la fuerza de trabajo es tal que la capacidad de agregación de las relaciones laborales disminuye, tanto por parte de los sindicatos, como las relaciones entre sindicatos y empresas. Para entendernos, es muy difícil mantener la agregación de la fuerza de trabajo a nivel de negociación colectiva cuando la negociación se individualiza. Con lo cual se está produciendo en todos los países una fuerte baja de afiliación sindical y además, ha habido, como sabéis, operaciones ya directamente políticas de disminuir el poder sindical en todos los países.

Aparte de que uno esté afiliado o no a un sindicato, esto plantea dos grandes problemas: uno, que se socava una de las instituciones centrales del pacto social y del consenso social y político de nuestras sociedades, que es un sistema de relaciones industriales estable, conflictivo, y que siempre tiene que ser conflictivo, pero a partir del sistema de instituciones, de acuerdos, etc. Dos, que no solamente se socava la relación sindicatos-trabajadores, sino que se socava las bases financieras y organizativas del Estado de bienestar, porque en la medida en que la relación del trabajador a la empresa es individual y las cotizaciones de seguridad social son individuales, hay una relación cada vez más distante entre la cotización de ese trabajador y el sistema general de seguridad social: “¿Por qué si tengo mucho más salario que tú voy a recibir las mismas prestaciones?” Es decir, la diferenciación de situaciones laborales y de salarios repercute en la diferenciación de contribuciones a la seguridad social que, en cambio, va a responder con un sistema bastante homogéneo de prestaciones. Y ahí se empiezan a aborrecer las solidaridades.

No hay más que ver lo que está pasando. Acabo de volver de Finlandia, de los Países Escandinavos donde las clases medias y medias-altas dicen: “No, no, nosotros no queremos contribuir de esta forma”. Empieza a haber toda forma de fraude, a hacerse autónomos y luego contratar por la empresa para escapar de la cotización a la seguridad social general, con lo cual lo que era un movimiento desde la producción de individualización de la relación laboral, se amplia con un movimiento desde la financiación de las cargas sociales de la gente más privilegiada. Para entendernos, se busca sistemas individualizados de cotización, que quiere decir autonomía de la relación laboral. Con lo cual, el conjunto del beneficio de las relaciones industriales y del Estado de bienestar entra en crisis potencial, no solo de financiación, sino de solidaridad social. Resultado: efectos negativos sobre los trabajadores y las relaciones industriales. Absolutamente.

Hacia un nuevo Contrato Social

No son los efectos del paro masivo. Son este tipo de efectos que, en mi opinión obligan a una redefinición de las relaciones laborales. Redefinición en la que, en mi opinión, no sólo están interesados sindicatos y trabajadores, sino la sociedad en general, porque donde estamos yendo no es únicamente a la pobreza, como se dice de EEUU, y a la exclusión social. Ese me parece un buen argumento, pero al 80% de la población le da igual. EEUU admite: “-¿Cómo la gente puede vivir con un 20% de excluidos de la sociedad?” “-Bueno, porque esos no votan, no hacen nada y el 80% está en la otra dinámica”. Las cosas son así de duras.

Pero hay algo general en términos de impacto, que es el conjunto de instituciones que permiten la convivencia social y no una sociedad de individuos en competitividad y agresividad constante los unos contra los otros.

A través de esa disolución, lo que perdemos son las instituciones de agregación social y pasamos a una sociedad formada por redes de individuos, lo cual implica toda clase de cosas. Este es un poco el tipo de tratamiento que podríamos discutir.

Personalmente, estoy preocupado por intentar encontrar fórmulas de reconstitución del tejido social, de reorganización de un Contrato Social, etc., pero prefiero que hablemos juntos para intentar darle al problema una solución. Aunque tenemos un problema. Los datos están ahí y los podemos ampliar.

Manuel Castells
Profesor de investigación en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIC) de Barcelona.

Su último libro: “La Era de la Información”. Alianza Editorial 1997-1998.
Este artículo es el primer capítulo del libro “La transformación del trabajo”,  de la colección “Los libros de La Factoría”.

La obra es una incitación a abrir las alas del pensamiento

Posted in Documentos de Trabajo de la Comisión, Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 30, 2009
Prólogo al libro Marx en su (tercer) mundo de Néstor Kohan
La obra es una incitación a abrir las alas del pensamiento
[Este libro tuvo tres ediciones: argentina, cubana y colombiana. El presente prólogo se agrega a la cuarta edición. Fue especialmente redactado para la edición venezolana que se encuentra en proceso de edición]

Estudiar Marx en su (tercer) mundo de Néstor Kohan es liberar el alma del ergástulo del fatalismo ortodoxo, de los manuales y recetas para construir mundos al final de los siglos, sociedades en lontananza a las que se puede llegar sólo después de transitar una larga ruta con estaciones obligadas; es liberarnos del pesado lastre de la metafísica materialista del DIAMAT y del HISMAT para darle curso a los ingenios y destellos de la impaciencia por un mundo mejor.

La obra es una incitación a abrir las alas del pensamiento en medio de una tormenta para que sea arrastrado por el ímpetu revolucionario, una provocación a la subversión no solamente del orden establecido, sino del pensamiento encadenado a esquemas, forzándolo a la lucha, a la praxis, por los cambios que anhelamos, con inventivas y proyecciones certeras.

El marxismo no es la estatua inexpresiva del barbudo de Tréveris pincelada de grises degradados por la pátina del tiempo. La filosofía de la praxis es un pensamiento vivo en permanente regeneración. Es un edificio en construcción que aún no termina, que incorpora insumos y experiencias extraídas de las luchas de los pueblos, de la filosofía, de la ciencia, de la política… siempre en ascenso hacia las cumbres de la dignidad humana. Es el vuelo del pensamiento hacia un horizonte de múltiples caminos, de posibilidades, hacia el destino de humanidad que nos desvela. Una teoría que guía el choque contra la opresión y que de éste deriva al mismo tiempo su vitalidad.

Un pensamiento desconectado de la praxis, de la política, que no moviliza pueblos, es un pensamiento muerto, sin signos vitales. No sirve. Y lo que no sirve para liberar no es revolucionario. Los destellos de oropel de ciertas teorías como el postmodernismo, el postestructuralismo y el pragmatismo, son como telarañas extendidas para atrapar y enredar incautos. Sólo aquellas que sirven a la libertad son invencibles. Y así es la de Marx, una teoría, un pensamiento para liberar pueblos, para edificar sociedades nuevas y humanas con la constelación de opciones que ofrece el universo de la dialéctica.

El marxismo es una filosofía de la praxis y una teoría de la historia. Un arma para la lucha como la espada y el fusil, como las alianzas políticas y la movilización de pueblos. Esa teoría debe marchar en la vanguardia de las luchas.

A Marx hay que tomarlo en su integridad. No lo dividamos en joven y viejo. El Marx autocrítico a partir de los años 60 es el mismo de sus periodos iniciales, con la pasión de Goethe y de Shakespeare, con la nueva visión surgida de la lucha, el de la categoría del mercado que proyecta al capitalismo como un sistema mundial que destruye esa odiosa frontera entre metrópoli y periferia. Que al no justificar la opresión imperial o colonial en aras del progreso de las fuerzas productivas, reivindica a la humanidad. Ése es el Marx que queremos. El de la filosofía viva, no coagulada, el que le responde a Vera Zasulich que no hay fatalidad histórica; el Marx que nos presenta Kohan con una pluralidad de líneas alternativas de desarrollo en sus manos haciéndonos ver las posibilidades de construcción en el tercer mundo de un socialismo no colonizado.

Reconocer que en el corpus teórico marxista hubo discontinuidades y rupturas para adecuarlo a las nuevas circunstancias, no es revisionismo como todavía vociferan algunos torquemadas disfrazados de marxistas, que quedaron acostumbrados a señalar con el dedo de la inquisición, quién debía ser arrojado a la hoguera del pensamiento momificado. A pesar de su enorme creación, la modestia de Marx llegó a decir, “yo solo sé que no soy marxista”; más exactamente: tout ce que je sais, c’est que je ne suis pas marxiste”, como le respondió a los marxistas franceses; que es como afirmar, no me encasillen, no me reduzcan. Marx se negaba así a que lo transfiguraran en suministrador de recetas infalibles y verdades eternas.

“La filosofía del marxismo ya no puede ser concebida solamente como un materialismo dialéctico, pues su problema fundamental no es ni nunca ha sido ontológico -apunta Kohan. En realidad es una filosofía de la praxis que aborda los problemas fundamentales de la filosofía y la política –sobre todo de la política que es lo que más nos interesa- en relación con la actividad práctica humana que pasa a tener la primacía desde un punto de vista antropológico”.

Es sencillamente extraordinaria su disertación sobre el legado de Lenin, que reúne en un manojo filosofía y política, que habla de ejercer la hegemonía, que dinamiza la lucha de clases al colocar en sus manos el arma de las alianzas… Que le da subjetividad al campesinado, que no teme incorporar soldados a la lucha popular. Que le otorga trascendental importancia al papel de la subjetividad, a la acción y a la conciencia. Lenin, a quien podemos llamar el hombre de la praxis, tuvo la genialidad, sin desestimar la teoría, de priorizar el levantamiento insurreccional al congreso de partido. Era la hora de la insurrección, no de discutir si el capitalismo había alcanzado o no el grado de desarrollo que permitiera dar el paso a unas nuevas relaciones sociales. Lo imperativo y crucial era lanzar sobre el Palacio de Invierno a las masas de obreros y campesinos, determinar el flanco de la acción de los soldados que combatían al lado del pueblo y establecer el momento en que el Crucero Aurora debía disparar el cañonazo que indicara el comienzo de la insurrección para que todo el poder pasara a los soviets.

Hay interdependencia entre objetividad y subjetividad.

Kohan nos invita a repensar la filosofía del marxismo desde abajo y con los de abajo. No solo desde la academia y la intelectualidad, sino desde la práctica política, desde la lucha en todas sus modalidades. A comprender desde el marxismo y desde este hemisferio, la realidad de Nuestra América. A construir desde el pensamiento latinoamericano y caribeño, con Mariátegui, Ingenieros, el Che, Ponce, Martí, y Bolívar –agregamos nosotros-, y también Manuel -que pregonaba que la lucha armada generaba conciencia-, con lo mejor del pensamiento autóctono, una visión para la lucha, para destronar la oligarquía con una concepción, un movimiento con un norte, y con ansia irrefrenable de poder.

El intento de Kohan de sistematizar el pensamiento latinoamericano es un laudable esfuerzo y aporte tangible a la causa de nuestra redención.

Ni calco ni copia…, de acuerdo. Debemos ir por el camino de nuestros propios pensamientos y proyectos, manufacturados, amalgamados con nuestras realidades y costumbres, y nuestra historia de lucha. Porque tenemos historia. Aquí también hay un edificio en construcción. La hora de América está llegando. Inventamos o erramos, como dice el maestro Simón Rodríguez, quien nos instruye a través de sus enseñanzas al Libertador. Usted formó mi corazón –le escribió Bolívar- para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso

Definitivamente Marx en Nuestra América no puede ser sin Bolívar, aunque aquel hubiese tenido una lectura precaria y equivocada de su gesta y del significado de su apasionada lucha, que hoy prosigue. Marx y Bolívar juntos constituyen en América Latina una potencia demoledora contra la opresión.

Arrojando los dogmas al incendio del olvido debemos reconocer que Bolívar es un poliedro de espejos que destella luces en todas las direcciones de la rosa de los vientos: Guerrero y Libertador. Creador de Estados sobre la base de la soberanía del pueblo. Impulsor de la formación en este hemisferio de una Gran Nación de Repúblicas que blindara nuestro destino. Precursor del antiimperialismo. Apóstol de la unidad. Quijote de la igualdad. Defensor de los indígenas, destructor de las cadenas de la esclavitud. Sólo la democracia –decía- es susceptible de la más absoluta libertad. “Yo antepongo siempre la comunidad a los individuos. Las minas de cualquier clase corresponden a la república. El primer deber del gobierno es dar educación al pueblo”… Ahí están las semillas del socialismo regadas en el surco abierto del corazón de América.

Por su proyecto político y social, de redención y libertad de los pobres del mundo, por su empeño de formar a toda costa una gran patria latinoamericana, Bolívar fue asesinado, mandado a matar, por el gobierno de Washington en una conspiración que involucró a las oligarquías de Bogotá, Lima y Caracas. Antes de él habían sido descuartizados por la corona opresora, Amaru y Katari, también Galán el comunero, y había ofrendado su vida, peleando, el gran Lautaro. Millares murieron por nuestra independencia. Su sacrificio es la base de la nueva sociedad que construiremos; el fuego que impulsa la vindicta de los pueblos.

Una creación heroica debe ser el socialismo latinoamericano…Un socialismo asentado en nuestros valores. Nuestra América-Abya Ayala es un pueblo con historia. La noche latinoamericana tiene aurora y debemos salir a su encuentro. Los estrategas de nuestro destino, nuestros pensadores, fueron al mismo tiempo libertadores. Combatientes de la praxis. Eran palabra y espada, y lanza, al mismo tiempo. Bolívar creó a Colombia, que es unidad de pueblos y primer paso de la unidad continental, antes de que existiera liberada. La estructuró, le dio leyes y luego salió a formarla con su espada en los campos de batalla en Boyacá y en Carabobo. Era la impetuosidad. Nunca concibió la independencia y la libertad, aisladas de la revolución social, y de la unidad. Un bloque de pueblos libres constituido en equilibrio del universo, fue su sueño y será nuestro destino.

De este empeño, contrariando la santa alianza de los tronos opresores, decía Goethe de Bolívar que, “la reunión anfictiónica de Panamá con el propósito de formar una santa alianza de libertad, halagaba su espíritu de ciudadano del mundo y de patriota”.

No hay vida fuera de la lucha. Es un derecho inalienable luchar por un mundo mejor. Frente al imperio sólo tenemos un deber: combatirlo. “No teníamos más armas para hacer frente al enemigo que nuestros brazos, nuestros pechos, nuestros caballos y nuestras lanzas”, apuntaba Bolívar. Pero hoy tenemos el arma de la unidad, y la fuerza del ejemplo, el espíritu y la decisión de nuestros libertadores.

Como dice Kohan, ahora tenemos otro enemigo más mortal que el coloniaje físico: el coloniaje espiritual, que engaña y desmoviliza. Contra él tenemos que concentrar toda nuestra energía colectiva. Reventando esas cadenas, será más fácil construir el nuevo mundo.

Marx en su (tercer) mundo. Hacia un socialismo no colonizado, debe ser abordado releyendo nuestra historia. Con la certeza de que nunca fuimos definitivamente derrotados, me atrevo a sugerir un estudio detenido del capítulo décimo, reforzando su final con las siguientes palabras de Bolívar: “Si disponemos de una mayoría, empleémosla. Si no, no transijamos, pero defendamos el terreno con las armas en la mano y dejemos que nos derroten; la derrota permite la recuperación, en tanto que capitulando… se pierde el derecho de la propia defensa. Victoria absoluta o nada, Esa es mi bandera”.

El autor del prólogo es Integrante del Secretariado de las FARC-EPRebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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DURKHEIM Y MARX (I)

Posted in Temas Generales, Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 29, 2009

DURKHEIM Y MARX (I)

La Sociología Clásica es el término que sirve para designar un vasto cuerpo teórico producido entre c.1880 y c.1920. Entre sus máximos exponentes se encuentran autores tan disímiles como Emile Durkheim (1858-1917) y Max Weber (1864-1920). Los temas fundamentales de este corpus son: la naturaleza del lazo social, la especificidad del capitalismo occidental (¿Por qué surgió en Occidente y no en China?, ¿Qué factores permitieron el desarrollo del mismo?) y la búsqueda de caminos que permitan eliminar y/o mitigar la lucha de clases y el conflicto social. La producción de todos los sociólogos que son agrupados en esta corriente está marcada por la crisis, una profunda crisis que sacudió al capitalismo tanto en el plano ideológico como en el económico-político y que tuvo sus expresiones más altas en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y en la Revolución Rusa de 1917.

A diferencia de otras ciencias sociales, la Sociología es la ciencia de la crisis por antonomasia. En términos más llanos, la buena sociología se produce en períodos de crisis, cuando los poderes y los valores establecidos se hallan luchando por sobrevivir frente al embate de otras fuerzas sociales. En esos momentos, los sociólogos intentan echar una mirada al conjunto de la sociedad, abandonando sus investigaciones micro o sus micro investigaciones (da lo mismo). Dado, además, que la sociología no es una ciencia revolucionaria, las investigaciones de los sociólogos arrojan luz sobre la manera en que los intelectuales orgánicos de la burguesía (lectores de las jóvenes generaciones: así llamábamos en tiempos pretéritos a la clase dominante en la sociedad capitalista, es decir, aquél conjunto de individuos que controlaba los medios de producción) conciben las bases de la dominación capitalista sobre la sociedad. En este sentido, y dada la magnitud de la crisis que les tocó experimentar, los sociólogos clásicos merecen con toda justicia el adjetivo que califica a su sociología, pues sus producciones se caracterizan por un enfoque de la totalidad social que se perdió en las décadas posteriores.

Para comprender en toda su magnitud la importancia de este cuerpo teórico es necesario tener presente que el mismo se construyó en una confrontación con el marxismo, que estaba expandiéndose en los medios obreros y entre algunos intelectuales europeos de fines del siglo XIX. El marxismo, una teoría social edificada sobre bases totalmente diferentes a las de la sociología y las demás ciencias sociales, representaba un desafío formidable tanto en el plano teórico como en el político. Durkheim y Weber llevaron adelante sendos intentos, con suerte dispar, de refutación del marxismo. En alguna otra entrada de este blog haremos referencia a la crítica del marxismo realizada por estos autores. Ahora quiero detenerme en un punto importante para la constitución de la sociología, esto es, la influencia que ejerció en la teoría sociológica de Durkheim la obligación de enfrentar al marxismo.
La división del trabajo social (1893) es el título de la tesis de doctorado de Emile Durkheim, y representa una de las obras fundamentales de la sociología de todos los tiempos. No corresponde aquí hacer el elogio de la misma (ya volveremos muchas veces sobre su contenido). En ella Durkheim se pregunta por la naturaleza de los vínculos que ligan a los individuos entre sí, y denomina a este lazo solidaridad. Según Durkheim, existen dos grandes formas sociales (claro que en el texto identifica muchas variantes de las mismas), caracterizadas por dos tipos diferentes de relaciones sociales, la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica. En términos muy generales, cabe decir que la primera remite a las sociedades precapitalistas, en tanto que la segunda hace referencia a la sociedad moderna, cuyo eje es la producción de mercancías. No es este el lugar para analizar las debilidades del análisis durkheimniano. Sí, en cambio, considero oportuno hacer notar una fuerte semejanza entre el análisis efectuado por Durkheim del contenido de las relaciones sociales en el capitalismo, y el llevado a cabo por Karl Marx (1818-1883) en el capítulo 1 del Libro I de El Capital. Ambos trabajan, desde marcos teóricos e intereses políticos bien distintos, la cuestión de la cosificación de las relaciones sociales en el modo de producción capitalista.
¿A qué llamamos cosificación de las relaciones sociales?
En la producción mercantil, (esto es, en la forma de producción cuya característica fundamental consiste en que individuos recíprocamente indiferentes que son propietarios de medios de producción llevan sus mercancías al mercado para venderlas allí y obtener así los productos necesarios para satisfacer sus necesidades), las personas se relacionan entre sí a través de las cosas. En otras palabras, no voy al mercado porque me interesen las virtudes personales del vendendor de encendedores o de biblias; concurro a ese lugar (ojo, se trata de un lugar social, no físico) para obtener las mercancías que preciso para dar satisfacción a mis necesidades. Por supuesto, debe ir munido de una cosa que satisfaga necesidades de otros, pues de otro modo el intercambio mercantil es imposible. El dinero, operando como mediador en las operaciones de compra y venta, se transforma en el verdadero nexo entre las personas. Ahora bien, a mayor extensión de las relaciones mercantiles, se produce un aumento de la cosificación de las relaciones sociales y una disminución de los contactos «verdaderamente humanos». Como el capitalismo es la variante más exacerbada de la producción mercantil, se entiende el porqué se afirma que la sociedad capitalista tiende a la cosificación de todas las relaciones sociales.
Karl Marx efectuó un análisis clásico de la cosificación en el punto 4 del capítulo 1 del Libro I de El Capital (1867). Allí Marx expresa su opinión sobre el contenido científico de la economía política clásica (Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill, etc.) y sostiene, respecto a los conceptos elaborados por los economistas burgueses, que «se trata de formas de pensar socialmente válidas, y por lo tanto objetivas, para las relaciones de producción que caracterizan ese modo de producción social históricamente determinado: la producción de mercancías. Todo el misticismo del mundo de las mercancías, toda la magia y la fantasmagoría que nimban los productos del trabajo fundados en la producción de mercancías, se esfuma de inmediato cuando emprendemos camino hacia otras formas de producción». (Marx, Karl, El Capital, México D. F., Siglo XXI, 1996, t. I, vol. I, pág. 93). El pasaje es significativo porque Marx no considera a la economía política como un engaño sistemático para adormecer al conjunto de la sociedad, por el contrario, afirma que las categorías de los economistas expresan lo que ocurre en la sociedad capitalista, claro que de una manera naturalizada, es decir, partiendo del supuesto de que las relaciones mercantiles expresan una forma de ser, una esencia, propia de los seres humanos. En rigor, los economistas no mienten, sino que se dejan llevar por la cosificación, que parece dotar a las cosas de propiedades humanas.
Marx caracterizó a la cosificación del siguiente modo: «Lo misterioso de la forma mercantil consiste sencillamente, pues, en que la misma refleja ante los hombres el carácter social de su propio trabajo como caracteres objetivos inherentes a los productos del trabajo, como propiedades sociales naturales de dichas cosas, y, por ende, en que también refleja la relación social que media entre los productores y el trabajo global, como una relación social entre los objetos, existente al margen de los productores.» (Marx, Karl, op. cit., pág. 88). En otras palabras, la producción mercantil transforma en los seres humanos en simples soportes de las cosas, que son las que verdaderamente parecen entrar en relación. Las consecuencias teóricas de este descubrimiento de Marx son enormemente valiosas, y muchos autores han abrevado en el punto 4 (Fetichismo de la mercancía) del capítulo I.
(Continuará)
http://miseriadelasociologia.blogspot.com/2009/04/durkheim-y-marx-i.html
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HAYA DE LA TORRE.

Posted in Temas Generales, Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 29, 2009
HAYA DE LA TORRE.

 

  • El aprismo ha sido uno de los movimientos políticos más cuestionados del siglo XX, por ello rebasa la historia del Perú.  Ejerció impacto en Alianza Democrática de Venezuela, el Partido Revolución Nacional de Costa Rica y en el Partido Socialista de Chile.  El desarrollo del APRA, no se debe mezclar  con la posterior evolución de Haya de la Torre hacia posiciones proimperialistas.  El APRA fue un aporte entre 1924 y 1948.
  • El aprismo fue una de las resultantes políticas del proceso histórico que vivió América Latina a principios de la década de 1920, caracterizado por la penetración del capital monopólico internacional y por la disputa interimperialista entre USA e Inglaterra.
  • Cuatro procesos influyeron en el joven Haya de la Torre: La Revolución Rusa; la Revolución mexicana; la Reforma Universitaria de 1918-1923 y el pensamiento nacional-antiimperialista, expresado en Vargas Vila, Manuel Ugarte y Blanco Fombona y otros, y llevado a la práctica en forma consecuente por SANDINO.
  • Estuvo En Moscú en 1924, donde fue influenciado por el proceso hasta 1928.  Calificaba la Revolución como un movimiento antiimperialista y de auténtica Revolución nacional.
  • Su pensamiento partió de un esquema falso, que hoy día llamaríamos dualismo-estructural: Suponía que la sociedad peruana tenía un sector capitalista (imperialista) y otro feudal, alimentado por los terratenientes criollos.  Este feudalismo, según él, se remontaba a la colonia española hasta las primeras décadas del siglo XX.  Luego, llegaron las inversiones capitalistas extranjeras, lo que introdujo el capitalismo.  Por lo tanto, dijo Haya, el imperialismo constituyó la primera etapa del capitalismo latinoamericano, a diferencia de Europa.  Finalmente, el capitalismo se une al feudalismo –siempre, según Haya-, por ello se debe combatir al imperialismo y al feudalismo.
  • Sus tesis era similares a las de Stalin.  Asimismo, era parecida a la estrategia del frente único de trabajadores manuales e intelectuales de China, con la distinción de que en Perú no se buscaba un partido de la clase obrera, sino un movimiento policlasista amplio, capaz de llevar adelante una Revolución nacional, democrática y antiimperialista, con dirección hegemónica de las capas medias.  Sostenía que el nuevo Estado debía reactivar la economía, estimular la industria nacional y el desarrollo agrario, a través del llamado capitalismo de Estado.  Dicho Estado sería el encargado de aprovechar los adelantos del capital monopólico extranjero, regulando la entrada de capitales y técnicos foráneos.
  • El carácter policlasista estaba claro: “Punto fundamental del gobierno aprista es la reunión de un congreso Económico en el que participen todas las fuerzas vivas del país, capital y trabajo, industria, comercio, agricultura y minería, empresas grades u pequeñas, nacionales y extranjeras”.
  • El APRA levantó un programa avanzado de nacionalizaciones, especialmente aquellas relacionadas con las principales empresas en manos del capital monopólico: “La primera actitud defensiva de nuestros pueblos tiene que ser la nacionalización de las riquezas arrebatándola de las garras del imperialismo”.
  • Haya relacionaba el problema de las nacionalizaciones con la lucha por la liberación nacional: “El problema primario de nuestros países es pues el problema de la liberación nacional amenazada por el imperialismo que impedirá por la violencia todo intento político de transformación que a juicio del imperio yanqui, afecte sus intereses.
  • Abogaba porque las capas medias debían jugar un papel hegemónico en el control del Estado y en la alianza política de clases.  Entendía por capas medias asalariadas a los profesionales e intelectuales, a la pequeña burguesía rural y urbana, englobándolas bajo el impreciso concepto de clase media”.
  • Reivindicaba con fuerza los derechos de las comunidades indígenas.
  • Replanteó la Unidad de América Latina, utilizando conceptos de la tradición marxista: “El inmenso poder del imperialismo no puede ser afrontado sin la unidad de los pueblos latinoamericanos.  Pero contra esta unidad conspiran, ayudándose mutuamente, nuestras clases gobernantes y el imperialismo, y como éste ayuda a aquéllas y les garantiza el mantenimiento del poder político, el Estado, instrumento de opresión de una clase sobre otras y arma del imperialismo para explotar a nuestras clases productoras y mantener divididos a nuestros pueblos.  América Latina debe constituir una Federación de Estados; el poder político debe ser capturado por los productores”.
  • Otro sería el cantar de Haya de la Torre a partir de la década de 1950.
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Ficha 04

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 27, 2009

MANUEL UGARTE.

 

  • Figura del pensamiento nacional-antiimperialista de nuestra América.  Iniciado en el socialismo argentino dirigido por Juan Justo, pronto separó aguas de él al comprobar la concepción europeizante de dicho partido, dando la espalda a las especificidades de América Latina.
  • A partir de 1911 hace una larga gira, denunciando la política intervencionista de USA en Centroamérica y el Caribe.  En 1916, denunciaba: “Los factores de desnacionalización no son ya, como antes, el misionero y el soldado, sino los empréstitos, las vías de comunicación, las tarifas aduaneras, las genuflexiones diplomáticas, las lecturas, las noticias y hasta los espectáculos”.
  • Genera el concepto de “nación proletaria”, el cual sería errado según Vitale, pues soslaya el papel de las burguesías criollas, como explotadoras de los proletarios de su país, y justifica, esta explotación en aras de la defensa, por encima de las clases, de la “nación proletaria”.  A juicio de Vitale, sólo puede existir una nación proletaria o un Estado Obrero, una vez que sea derrocado el sistema capitalista.
  • En 1923, denuncia: “¿Se concilia acaso, con la plena autonomía de nuestros países la existencia en Washington de una oficina de Repúblicas Hispanoamericanas que tiene la organización de un Ministerio de Colonias?”.
  • Entendió que el enemigo principal era USA e Inglaterra, en la época, pero que la acción directa debía privilegiar el marco nacional”.   “Contra quienes debemos levantarnos es contra las tiranía que son, para América Latina, vergüenza tan grande como la cicatriz que en ellas puede dejar el imperialismo yanqui”.
  • En un Manifiesto de 1927, dirigió palabras de apoyo al General de Hombres Libres, SANDINO.  Comienza a radicalizar su discurso y ya en 1933 escribe: “Ni la fuerza ni la astucia, parece que pueden desviar, sin embargo, el impulso hacia la extrema izquierda (…) La acusación de extremismo no espanta más a nadie (…) parece evidente que no se puede remediar la confusión en que América se debate, como no sea con la ayuda de los hombres nuevos y de las ideas nuevas”.

JOSÉ INGENIEROS.

 

  • Fundó el Partido Socialista de Argentina en 1898.  Cuestionó la práctica expansionista de USA: “¿Impusieron los norteamericanos la doctrina Monroe en 1833 cuando Inglaterra ocupó las Islas Malvinas, pertenecientes a la Argentina? ¿La impusieron en 1938, cuando la escuadra francesa bombardeó el castillo de San Juan de Ulúa?”.
  • Sobre la Unidad: “Creemos que nuestras nacionalidades están frente a un dilema de hierro.  O entregarse sumisos y alabar la Unión Panamericana (América para EEUU) o prepararse en común para defender su independencia, echando las bases de una Unión Latinoamericana (América para los latinoamericanos).

 

 

RUFINO BLANCO FOMBONA.

 

 

  • Nació en Caracas en 1874, fue poeta, crítico del dictador Gómez.  En 1902, escribió: “La americanización de américa”, en donde señalaba: “Un congreso de plenipotenciarios latinoamericanos para decidir de los destinos de nuestra raza y de nuestro continente”.
  • Fue nacionalista y avanzado respecto del imperialismo norteamericano, pero regresivo en cuanto a concepción de supuestas razas que se enfrentan, por encima de las clases.

Hizo una justa evaluación de su tiempo con relación a los partidos de la clase dominante norteamericana, pero indicaba que los trabajadores de USA igualmente eran expansionistas.  La raza estaba por sobres las clases sociales, en sus análisis.  Sin embargo, lo correcto de sus ideas, radicaba en caracterizar el imperialismo no sólo como expansión geopolítica, sino que como una nueva fase del capitalismo, caracterizada por la inversión de capitales en los países coloniales y semicoloniales.

 

Enviado por Rony, CAD.

“QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO”.

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 26, 2009
Informe de la Comisión de Formación Política al Coordinador Nacional del

Movimiento de los Pueblos y los

Trabajadores.   M.   P.   T.

 

“QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO”.

 

I.- Aspectos Generales.

 

La Comisión de Formación Política (CFP) del MPT, se constituyó el domingo 24 de mayo, en el Local “Casa Azul-Violeta”, Libertad 143.  Ella nace al calor del Ampliado de Organizaciones del MPT, efectuada el 16 de mayo de 2009 en el Sindicato MADECO.  A la primera Sesión, asistieron representantes de: Izquierda XXI; Director-Marxismo; Comité de Unidad Revolucionaria; Revolución Proletaria; Colectivo Acción Directa.  Luego, en la Segunda Sesión, se suman representantes de: Partido de los Trabajadores y G-80.  En este instante, podemos decir con orgullo, que participan 11 integrantes de distintas organizaciones de la Federación, contando, entre ellos, con una Compañera mptista pura.

Hasta el minuto, tras intensas discusiones, la CFP, arriba a los siguientes elementos comunes:

El MPT, presenta una evidente heterogeneidad de pensamientos, saberes, prácticas, tradiciones, herencias.  Todo ello, es el Capital Constante de la Comisión y de la Federación.  En tanto, la apuesta será siempre  potenciar el Capital Variable, es decir, el elemento subjetivo que debe ser capaz de cruzar las experiencias, generando una práctica política común, que nos permita cumplir con los Principios establecidos en la Convocatoria, que podemos considerar nuestra Carta Fundamental.  A ella se deben integrar, por cierto, todas las instancias que el MPT ha desarrollado en estos siete meses.

Punto cardinal de la Comisión es facilitar el  desarrollo de UNA POLÍTICA MPTISTA, UNA MILITANCIA MPTISTA, UNA CULTURA MPTISTA. LA MÍSTICA MPTISTA.  Ver las sutilezas, las diferencias, los matices, las distinciones, con un ánimo fraternal, entendiendo que se debe privilegiar un aspecto mayor que es el Instrumento Federativo.  Los Pueblos y los Trabajadores, los explotados y postergados así lo requieren.  Otro elemento, no menor, es la fundación de una ESTÉTICA mptista.

Existe consenso en la Comisión en cuanto a establecer como Objetivo de la misma el facilitar la discusión ideológica, política y filosófica al interior del MPT y hacia los sectores que queremos sumar al instrumento.  Otro consenso, pasa por la coincidencia de generar una Teoría Revolucionaria para el caso chileno, la que debe estructurarse teniendo como Objeto de Estudio la Formación Social chilena, arrancando del olvido las luchas pretéritas, proyectándolas al contexto actual.  No pueden quedar fuera de este desarrollo, los procesos mundiales de liberación social y política.

La Comisión, ha establecido dos niveles de Talleres: 1) TÉCNICOS: Son aquellos, que apuntan a la Formación de los Militantes del MPT, en el ámbito de la Agitación y la Propaganda.  Esto incluye Redacción de Textos, Retórica, Liderazgo, Manejo de los Conceptos fundamentales de la Teoría Revolucionaria, a fundar colectivamente, para el caso chileno. 2) ANÁLISIS Y DISCUSIÓN: Cumplen el Objetivo, de facilitar la elaboración, confrontación, debate, propuestas de ideas, que nos permitan construir nuestra Teoría Revolucionaria.

Los primeros, serán presenciales.  Los segundos, se realizarán a través de la Red, con el compromiso de que cada Organización hermana, de destinar a un Compañero o Compañera, para recepcionar los Documentos, para socializarlos en su interior, para luego devolver una nueva Síntesis al conjunto de la Federación.

Ambas instancias, buscan forjar al MILITANTE MPTISTA, con una ética y estética, revolucionarias.

Los FORO-DEBATES, serán la modalidad, que nos permitirán, realizar la Síntesis de temas, que en su devenir, resolverán los momentos de análisis, que facilitará la articulación de la Táctica y Estrategia, revolucionarias.  Como temas, tentativos, se propone: Imperialismo y Capitalismo, en la actualidad/// El Poder Popular: Casos internacionales y chileno/// Estrategias Revolucionarias/// Diversas Escuelas del Pensamiento Revolucionario.

 

II.- Avances de la Comisión.

 

Se han realizado dos Foro-Debate.  El primero, con relación a los orígenes y desarrollo del capitalismo en Chile y el imperialismo en su fase actual, que tuvo como protagonistas a integrantes de la propia Comisión.  El segundo, contó con la presencia de F. Gaudichaud y B. Jefferies, quienes nos informaron sobre las experiencias anticapitalistas en Francia e Inglaterra.

Se editó el primer número de la Revista “Debate”, que contiene artículos preparados por integrantes de la Comisión.  Esta en preparación el segundo ejemplar.

Se realizará una Escuela de Verano, 2010.

Se generó un blog de la Comisión, cuya dirección es https://formacionmpt.wordpress.com/

 

Enviado por Rony, CAD.