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Apuntes básicos sobre la estrategia y táctica del socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero.

Posted in Documentos de Trabajo de la Comisión, Temas Generales by formacionmpt on febrero 7, 2010

Apuntes básicos sobre la estrategia y táctica del socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero.

«Los participantes de cada controversia se dividen en escuelas -conservadora o radical- y la ideología se inclina a rezumarse en la lógica. En economía, los argumentos están principalmente consagrados, como en teología, a sostener doctrinas más que a testar hipótesis.» (Joan Robinson) (1)

“El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en Economía Política. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza, proveedora de los materiales que él convierte en riqueza. Pero el trabajo es muchísimo más que eso. Es la condición básica y fundamental de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto, debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.” (Federico Engels) (2)

“Para poder vender una cosa, basta con que esta cosa sea monopolizable y enajenable” (Carlos Marx) (3)

1.- El punto de partida de la acción y la investigación

Si partimos de la hipótesis, que tiene que ser demostrada en la práctica política –en el proceso de articulación del movimiento real, de la organización, movilización y formación de un nuevo proyecto histórico de emancipación social para Chile-, de que la alienación capitalista en sus formas materiales, en sus raíces genealógicas, se encuentra en las profundidades de una separación consecutiva y consecuente, a saber:

a) la separación del hombre de su ser histórico-social y su ser en y formando parte de la naturaleza misma,

b) de la separación del trabajo asalariado del producto del ejercicio de su capacidad social transformadora y

c) de la separación del estado capitalista y el conjunto de la sociedad entre “sociedad política” y “sociedad civil”, despojando a las grandes mayorías de su propia identidad en tanto trabajadores y género humano.

En resumen, la separación por la fuerza de la triada: naturaleza, trabajo y género humano, transformado en objetos monopolizables y enajenables por el sistema capitalista moderno, es el punto de partida para la investigación y la acción transformadora de las fuerzas revolucionarias de los pueblos y los trabajadores. El movimiento real sólo es separable transitoriamente y es producto de la historia concreta de la humanidad, de la actividad histórica y social de los seres humanos, de la larga historia de la sociedad dividida en clases, la cual tiene un principio, un desarrollo y un final, si todo sigue su curso natural. Estamos frente a un acto de violencia extrema que se oculta tras bambalinas en la puesta en escena de la sociedad capitalista actual, cuyo sujeto es el capital y se consensua en la aceptación de un Estado de naturaleza clasista que declara ser garante de un “bien común”. No hay nada menos “rentable” para el conjunto de la humanidad que la sobrevivencia de la propiedad capitalista, la cual permite que una minoría que no trabaja decida sobre la mayoría efectiva de los que trabajan y con su actividad vital se ven obligados a pagar un precio elevadísimo para mantener justamente los privilegios de esta minoría. En conjunto con ello no hay nada menos sustentable que el desarrollo del capitalismo, que en su fase imperialista entra en contradicción irreconciliable con el desarrollo del género humano y de la sobrevivencia del planeta mismo. Es esta la base material de la identidad entre los intereses de los trabajadores, los pueblos del mundo entero y los intereses del género humano en su conjunto. Esta es la base material del horizonte de la transición socialista de la humanidad a la sociedad sin clases en el siglo XXI. Esta es la base histórica sobre la cual los trabajadores y los pueblos del mundo – objetos de la dominación, la explotación extrema y el despojo- se transforman en sujeto de las transformaciones profundas que la sociedad humana ha de realizar para garantizar su propia existencia y su consecuente emancipación.

Si partimos del hecho real de que el desarrollo capitalista y su ideología del progreso -el “progresismo” no es más que un reflejo de esas profundas raíces de clase-, entonces la superación de las relaciones sociales capitalistas sobre las que se erige la reproducción de la vida misma de la humanidad, tiene que ver con el ejercicio concreto de naturaleza socialista – humanismo concreto- de los trabajadores y los pueblos del mundo entero, frente y en oposición antagónica e irreconciliable con la barbarie capitalista y la bestialidad del imperialismo.

2.- La evidencia histórica, la práctica política de los trabajadores y los pueblos, verifica y realiza las hipótesis que dan cuerpo al programa de transformaciones sociales

La evidencia histórica se encuentra en la construcción política y la reflexión teórica sobre ella. La unidad indisoluble de presente-pasado y presente-futuro, ha de permitir la comprobación, verificación y realización de las hipótesis que dan cuerpo al programa de transformaciones sociales y se manifiesta en la práctica política de los trabajadores y los pueblos para sostenerlas sobre sus hombros, como construcción heroica. Por medio del intelecto, del trabajo intelectual colectivo, se han de verificar las distintas dimensiones en que se contextualizan y ocurren los hechos sociales, en su interacción concreta entre los aspectos económicos, políticos, culturales, bélicos, etc.

La lucha -multiforme, compleja y dinámica-, como una totalidad histórico-social en movimiento contradictorio, y con el horizonte de la emancipación social, coincide plenamente con los intereses más inmediatos de la humanidad, los intereses históricos de las grandes mayorías del pueblo trabajador y su unidad orgánica con las luchas de resistencias y por la sobrevivencia de los pueblos del mundo. Esto implica que no existe una separación a raja tabla entre lo táctico y lo estratégico, sino sólo como distinción abstracta entre un momento inmediato y un momento referido a un salto cualitativo concreto: la conquista del poder político y económico por parte de las grandes mayorías trabajadoras. Salto que sólo puede realizarse como producto de la acumulación cuantitativa de una correlación de fuerzas favorables a las transformaciones sociales, en tanto resultado y producto del accionar planificado, sincronizado y consciente de las grandes mayorías y su construcción política.

3.- El carácter de las luchas y la unidad de la táctica y la estrategia

Desde estas premisas se desprende que la lucha inmediata está signada por sus contenidos socialistas, por su horizonte emancipador. Sobre estas bases como presupuestos básicos, entonces, la pregunta tendría que ser ¿Cuál es el contenido socialista de estas luchas que se requiere potenciar? Ello nos lleva a significar el propio socialismo, marcar con tinta indeleble el horizonte del restablecimiento de la identidad históricamente amenazada. Desde este punto de vista, de esta “toma de partido” por la parte antagónica al sujeto dominante, el capital y por tanto una “toma de partido” por las fuerzas del trabajo, el ser humano y su hábitat natural, el planeta; el socialismo es básicamente la expropiación de la propiedad privada capitalista y su consecuente socialización, colectivización, que se expresa en primera fase en su forma de propiedad estatal, y por tanto, el asunto se traduce políticamente en el control de la economía y el Estado por parte de sus verdaderos propietarios, los productores de las riquezas, es decir, en manos de los trabajadores y la sociedad en su conjunto. Socialismo implica un proceso de sinceramiento del verdadero carácter social de la producción de los medios de vida, las riquezas, de las grandes mayorías y las naciones del mundo. Implica el control de los destinos del decurso de la vida en manos justamente de esas grandes mayorías y, por tanto implica, el desarrollo del control real sobre la economía y el Estado. La estatización socialista, que opera prima facie, no comporta la creación de más burocracia, sino la descentralización de las labores del Estado en manos de la ciudadanía organizada, movilizada y en proceso de aprendizaje del autogobierno por medio del despliegue de la democracia participativa que erosiona las bases materiales de la que emana la lógica de la representación y la sustitución.

4.- La indisoluble unidad de teoría y práctica es la fuente y el producto de la conciencia de clase

Bien sabe la burguesía, núcleo del bloque en el poder, que tiene sobre su cuerpo las heridas de una innumerable cantidad de revoluciones, que no es posible sostener un sistema social y traspasar las fronteras de un modo de producción a otro, sin la acción combinada de fuerza y consenso. Los procesos revolucionarios no pueden llevarse adelante sin adquirir una conciencia respecto del rol histórico que le compete a una clase que pretende dirigir los destinos del ser humano y el planeta. Es decir, sin conciencia de clase no es posible adquirir o sostener un sistema de dominación social de una clase sobre el conjunto de la sociedad, por lo tanto tampoco lo es el movimiento subversivo de la emancipación del género humano. Bien lo sabela burguesía, pues sin ello no podría sostener su poder. Por esto tiene que negar el derecho a la conciencia crítica del conjunto de la sociedad sobre sus propios destinos, de ahí la necesaria alienación que termina afectando a sus propios intereses, pues la ignorancia es una peste que termina afectando a los propios apestadores. La alienación social es una bomba que en su explosión no respeta los límites de clases y revienta como ideología, negando el propio desarrollo de las fuerzas productivas que tiene que seguir propiciando para sostener su dominación en el tiempo.

De la práctica y la reflexión colectiva sobre estos múltiples aspectos se puede llegar a construir un movimiento autónomo que comprende el profundo carácter democrático de la revolución socialista, parte consustancial al proceso definitivo de emancipación social al alcanzar la destrucción de las condiciones materiales para la existencia de las clases y su forma política, el Estado, como lo hemos conocido hasta ahora.

El proceso de construcción de este “control social” en manos de los trabajadores y los pueblos, conllevaría necesariamente a una dualidad de poder entre los actuales propietarios jurídicos de los medios de vida, medios de producción y de las fuentes de la vida misma, la naturaleza, y los verdaderos propietarios, puesto que las riquezas son propiedad de quienes las producen. Tal cual hemos luchado por la propiedad de la tierra para el que la trabaja, hoy tenemos que luchar por la propiedad de las inversiones productivas para quienes verdaderamente las trabajan, garantizando su ritmo y dirección en función de los intereses de las grandes mayorías y no de las empresas transnacionales como ha ocurrido hasta hoy. Hoy desalambrar las conciencias de las grandes mayorías, este movimiento real que no puede encorsetarse en modelo alguno, es lo que llamamos socialismo.

Las clases dominantes, ociosas, corruptas y parasitarias, usufructúan de un proceso social de producción de riquezas, y su poder se sustenta en una realidad jurídica impuesta por la fuerza (el monopolio del poder militar, político y económico) y es mantenido por fatuos consensos, por medio de la alienación capitalista, por medio del consumismo y el individualismo, la guerra psicológica, en fin, por el ejercicio de una hegemonía cultural que les garantiza la anuencia de las grandes mayorías que aceptan disciplinadamente ser despojadas de lo que ellas mismas producen y les pertenece.

Así como de las fuentes de valores de cambio de productos que no tienen valor, pues son ofrecidas al ser humano gratuitamente por la naturaleza, e igualmente son monopolizados y enajenados, se concesiona la vida de los trabajadores y el pueblo a quienes no tienen la necesidad de responder más que a la capitalización del excedente económico producto de la explotación del trabajo, la enajenación de los recursos naturales y el esfuerzo de las grandes mayorías, que luego son acumulados en forma privada. Los destinos de los chilenos y chilenas están determinados por la ganancia capitalista, la acumulación por despojo y por sobre explotación se convierte en propiedad de una minoría sin patria ni bandera.

5.- La participación efectiva es la base de toda democracia real, cuyo movimiento es el socialismo de los pueblos y los trabajadores que señala el camino de victorias a transitar

La participación efectiva de los trabajadores y el pueblo es el camino de victorias para la conquista del poder real por y para las grandes mayorías del país, explotadas, despojadas y disciplinadas por el control social ejercido por el Estado subsidiario del capital financiero, que es, en definitiva, el sujeto activo de la dominación capitalista y del orden actual. El Estado es el mediador entre el rentismo y las fracciones industriales modernas. El Estado capitalista en la fase actual del desarrollo del capitalismo, tanto en el país como en el mundo entero, es garantía de la unidad política de las clases dominantes mundializadas.

La táctica debe incorporar un acompañamiento estrecho de la lucha en el campo de las ideas, en la preparación de los trabajadores y la organización popular, el pueblo, para asumir las tareas del gobierno del Estado y del conjunto de la sociedad. Hay que vencer por una parte, a los ideólogos orgánicos al servicio de los intereses económicos de las clases dominantes y por otra parte, vencer la propia resistencia de buena parte de la militancia social y política que ha sido asimilada por las ideas dominantes del bloque en el poder. Nos enfrentamos a un verdadero silogismo compuesto entre ideólogos, ideotas e idiotas de tomo y lomo. Los primeros al servicio de las castas en el poder que están obligadas a defender sus privilegios hasta las últimas consecuencias; los que deshojan margaritas anunciando la muerte del marxismo, supuestamente difuminado en la multitud de interpretaciones al uso; más los que honestamente piensan que es posible seguir desarrollando el pensamiento y la acción revolucionaria, cantando loas pre-marxistas, cantinelas que no tienen más originalidad que la repetición de la idiota ignorancia del que, teniendo una pala a mano, pretende cavar la sepultura del capitalismo con cucharas de palo.

6.- ¿Cuál es el nudo que no nos permite tomar la pala y nos impone seguir cavando con cucharas de palo?

Debido a los retrocesos generales en el desarrollo del método científico -síntoma de la senilidad del sistema de reproducción capitalista y aspecto que no afecta a una clase determinada, sino al conjunto de la sociedad-, se puede señalar la tendencia a la simplificación –vulgarización- del método de aproximación a los procesos que interactúan en su conjunto en la constitución de la realidad histórico-social. Sumémosle a esto, la desesperación por no lograr ver una salida del laberinto que genera la supremacía del capital como sujeto en la sociedad actual. Ello produce un miedo razonable a la victoria de los procesos emancipatorios de los pueblos y los trabajadores.

Corresponde a una época de dispersión y de iconización de las incertidumbres una tendencia a operar mentalmente a través de un pensamiento simplificante, una esclerotización que termina en la formalización que no permite ver la conjunción dinámica de lo uno y de lo múltiple. El principio de no-contradicción y de tercero excluido se apodera del sentido común y se tiende a la unidad o identidad abstracta, desalojando la diversidad, la multiciplidad de las determinaciones y las intermediaciones entre el concepto y la realidad, o bien, se fetichizan las distinciones, las diferencias. Y al perder la visión de la globalidad de los procesos, se pierden igualmente las contradicciones vitales de las partes sobre el todo. Es así como abundan las aproximaciones fragmentadas a la realidad y esta pierde su cualidad de totalidad contradictoria en movimiento, es decir, su transitoriedad y su devenir histórico concreto. Al perder las referencias a la unidad o identidad de lo múltiple, la dispersión política e ideológica resulta en fogonazos fragmentados y las odiosidades absurdas terminan siendo funcionales al sistema mundial de dominación capitalista.

Me recuerda este escenario a los animales perdidos en la cordillera que terminan comiéndose la cola para no morir de hambre hasta quedar petrificados en el hielo andino. Un viento helado que golpea los cuerpos sólo puede ser contrarrestado con la actividad más enérgica.

Por más que insistamos en que para lograr un horizonte de sentido, este esfuerzo por despojarse de los prejuicios adquiridos y de toda suerte de manifestación religiosa –de creyentes y no creyentes- hace falta igual algo de fe. La fe en los trabajadores y los pueblos. Es en la fuerza de nuestras raíces que mantendremos vivo el árbol de la libertad.

El socialismo surge de los límites mismos del capitalismo, y este será resuelto a favor del capital o el trabajo. Es con nuestra actividad política integral e integradora que haremos posible que esta necesidad histórica sea una realidad o una nueva experiencia sin el debido éxito. Quien tema a la victoria, jamás podría estar en condiciones de vencer.

Hoy más que siempre aquello de que la emancipación social de los pueblos y los trabajadores es su propia obra, es la base de la confianza política de nuestro movimiento, es la base de nuestra concepción del mundo y del método revolucionario para la transformación del orden actual.

7.- A modo de resumen

No hay nada tan complejo en realidad, nada misterioso, sólo se requiere terminar de comprender que es necesario un trabajo teórico-práctico de carácter colectivo para demostrar las hipótesis respecto de la verdadera naturaleza del desarrollo del capitalismo en Chile. De ahí, comprender su entramado de clases y sus luchas, para luego deducir de ello, y de su permanente comprobación en la práctica política -nuestra peculiar forma revolucionaria. Esto es, encontrar las evidencias empíricas para la superación definitiva del desarrollo del capitalismo e invertir con ello el proceso basado en el des-orden actual- en función de resolver los destinos del país según los intereses de las grandes mayorías trabajadoras, productivas e improductivas.

Postulo la hipótesis de que en un país dependiente del capital financiero transnacional, donde la producción organizada según una determinada división internacional del trabajo, división social e internacional que determina su naturaleza en cuanto producción primaria exportadora, la oferta no crea su propia demanda y la ganancia extraordinaria arrebatada por estos medios no beneficia más que a los capitales que deciden invertir según sus propios intereses inmediatos. Esta es la base material de la insuperabilidad de la crisis estructural del capitalismo sin una revolución socialista.

Sostengo que la ausencia de una política independiente de los trabajadores y el pueblo, y la inexistencia de una burguesía nacional, hace que en Chile no exista una estrategia nacional de desarrollo propio, no tiene soberanía política, su modo dependiente de operar se encuentra en una camisa de fuerza impuesta por el capital transnacional y las organizaciones internacionales a su servicio. Naufragamos en una arquitectura cuasi-estancacionista, y sus temporales animaciones y auges económicos dependen de las animaciones de los precios y posibles auges de las materias primas. Y como estas no son renovables, sólo consumibles, nuestro futuro está signado por una suerte de ruleta rusa y en cualquier momento saldrá el tiro mortal. Es vergonzoso que el monopolio de las armas esté en manos de sectores que dicen estar comprometidos con la defensa y la seguridad del país, educados en una suerte de “nacionalismo chauvinista” –suficiente para defender otrora el patrón de acumulación débilmente desarrollista- y, por tanto, tan mal educados en la defensa de la soberanía y el patrimonio nacional y tan antipopulares como la propia Concertación responsable de la transición entre el gobierno dictatorial a la actual forma democrático-burguesa. Ante el baldón del entreguismo de nuestras clases dirigentes, el pueblo, con los trabajadores -productivos y no productivos- a la vanguardia de un nuevo proyecto histórico, dará por el suelo con las ficciones que hoy nos gobiernan.

La actual campaña contra la privatización del mar –paradigmática y de identica laya respecto de la minería, los bosques, los recursos hídricos en tierra, la agricultura, la banca, la seguridad social, la salud, la educación, la vivienda, la cultura, el desarrollo y la investigación científica, entre otros tantos aspectos de la vida nacional- arroja esclarecedoras luces sobre la naturaleza depredadora del patrón de reproducción capitalista en Chile. No estamos dispuestos a aceptar sin resistencia los ofertones del patrimonio de todos los chilenos y chilenas al capital financiero transnacional. Nuestro objetivo político emancipatorio, de carácter estratégico, es poner a los trabajadores y el pueblo como sujetos de toda soberanía. En ello hemos de concentrar toda nuestra capacidad subversiva y toda nuestra inteligencia socialmente adquirida por años de lucha que van desde las resistencias al conquistador, pasando por los fundación del movimiento obrero y popular, hasta nuestros días. Largos siglos de combate contra las distintas formas de colonización, de una violencia que no se puede ocultar con la retórica oficialista y oficiosa.

Junto con ello, no queda otro camino que preparar una fuerza político-social que sea capaz de llevar adelante, desde un gobierno de los trabajadores y el pueblo, un salto cualitativo a la socialización colectivista. El socialismo de los pueblos y los trabajadores es el contenido esencial de nuestra opción anticapitalista y antiimperialista. Es decir, en sí mismo, nada de negación maniquea, sino proposiciones integrales para la superación definitiva del desarrollo capitalista en Chile.

Los trabajadores y los pueblos tienen todos los elementos necesarios para comprender que, en el siglo XXI, o seguimos siendo yunque o tomamos la firme decisión de ser martillo.

¡Barbarie capitalista y bestialidad imperialista, o socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero!

¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores!

Amador

¡Luchamos y estudiamos para vencer!

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Notas:

(1) Joan Robinson, economista inglesa aguda investigadora y polemista fustigó a los intelectuales orgánicos del capitalismo que autoinvestidos con arrogancia de un cierto saber “científico” supo junto a otros compañeros de aventura sostener una fuerte lucha ideológica. Entre otras frases para el bronce que he podido leer en controversias con ideólogos yanquis y europeos, entre otros tantos, señalaba: “Cuando dos teorías difieren en su ideología, la diferencia más importante entre ambas se establece en el terreno de la acción política” (“Hacia una economía dinámica” (Towards a Dynamic Economics). Si bien estas frases están fuera del contexto en que fueron expresadas dan igualmente una idea de la agudeza de sus indagaciones y el sentido práctico que tienen sus investigaciones y análisis. Audacia intelectual digna de imitar por los militantes revolucionarios en el presente siglo.

(2) Federico Engels, “El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre”. Una versión en internet puede encontrarse en: http://www.marxismo.cl/mod/forum/discuss.php?d=1325

(3) Carlos Marx, Tomo III de El Capital, Sección Sexta: “Cómo se convierte la ganancia extraordinaria en Renta del Suelo”, Capítulo XXXVII. Fondo de Cultura Económica, México. Hay una versión en internet que puede ser leída en http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital3/MRXC3837.htm

<h1><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>Apuntes b&aacute;sicos sobre la estrategia y t&aacute;ctica del socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero.</span></h1>
<p align=»right»><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>&quot;Los  participantes de cada controversia se dividen en escuelas -conservadora  o radical- y la ideolog&iacute;a se inclina a rezumarse en la l&oacute;gica. En  econom&iacute;a, los argumentos est&aacute;n principalmente consagrados, como en  teolog&iacute;a, a sostener doctrinas m&aacute;s que a testar hip&oacute;tesis.&quot; (Joan  Robinson) (1)</span></p>
<p align=»right»><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»> &ldquo;El trabajo es la fuente de toda riqueza, afirman los especialistas en  Econom&iacute;a Pol&iacute;tica. Lo es, en efecto, a la par que la naturaleza,  proveedora de los materiales que &eacute;l convierte en riqueza. Pero el  trabajo es much&iacute;simo m&aacute;s que eso. Es la condici&oacute;n b&aacute;sica y fundamental  de toda la vida humana. Y lo es en tal grado que, hasta cierto punto,  debemos decir que el trabajo ha creado al propio hombre.&rdquo; (Federico  Engels) (2)</span></p>
<p align=»right»><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>&ldquo;Para poder vender una cosa, basta con que esta cosa sea monopolizable y enajenable&rdquo; (Carlos Marx) (3)</span></p>
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<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Si partimos de  la hip&oacute;tesis, que tiene que ser demostrada en la pr&aacute;ctica pol&iacute;tica &ndash;en  el proceso de articulaci&oacute;n del movimiento real, de la organizaci&oacute;n,  movilizaci&oacute;n y formaci&oacute;n de un nuevo proyecto hist&oacute;rico de emancipaci&oacute;n  social para Chile-, de que la alienaci&oacute;n capitalista en sus formas  materiales, en sus ra&iacute;ces geneal&oacute;gicas, se encuentra en las  profundidades de una separaci&oacute;n consecutiva y consecuente, a saber: </span></p>
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<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>En resumen, la  separaci&oacute;n por la fuerza de la triada: naturaleza, trabajo y g&eacute;nero  humano, transformado en objetos monopolizables y enajenables por el  sistema capitalista moderno, es el punto de partida para la  investigaci&oacute;n y la acci&oacute;n transformadora de las fuerzas revolucionarias  de los pueblos y los trabajadores. El movimiento real s&oacute;lo es separable  transitoriamente y es producto de la historia concreta de la humanidad,  de la actividad hist&oacute;rica y social de los seres humanos, de la larga  historia de la sociedad dividida en clases, la cual tiene un principio,  un desarrollo y un final, si todo sigue su curso natural. Estamos  frente a un acto de violencia extrema que se oculta tras bambalinas en  la puesta en escena de la sociedad capitalista actual, cuyo sujeto es  el capital y se consensua en la aceptaci&oacute;n de un Estado de naturaleza  clasista que declara ser garante de un &ldquo;bien com&uacute;n&rdquo;. No hay nada menos  &ldquo;rentable&rdquo; para el conjunto de la humanidad que la sobrevivencia de la  propiedad capitalista, la cual permite que una minor&iacute;a que no trabaja  decida sobre la mayor&iacute;a efectiva de los que trabajan y con su actividad  vital se ven obligados a pagar un precio elevad&iacute;simo para mantener  justamente los privilegios de esta minor&iacute;a. En conjunto con ello no hay  nada menos sustentable que el desarrollo del capitalismo, que en su  fase imperialista entra en contradicci&oacute;n irreconciliable con el  desarrollo del g&eacute;nero humano y de la sobrevivencia del planeta mismo.  Es esta la base material de la identidad entre los intereses de los  trabajadores, los pueblos del mundo entero y los intereses del g&eacute;nero  humano en su conjunto. Esta es la base material del horizonte de la  transici&oacute;n socialista de la humanidad a la sociedad sin clases en el  siglo XXI. Esta es la base hist&oacute;rica sobre la cual los trabajadores y  los pueblos del mundo – objetos de la dominaci&oacute;n, la explotaci&oacute;n  extrema y el despojo- se transforman en sujeto de las transformaciones  profundas que la sociedad humana ha de realizar para garantizar su  propia existencia y su consecuente emancipaci&oacute;n.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Si partimos del  hecho real de que el desarrollo capitalista y su ideolog&iacute;a del progreso  -el &ldquo;progresismo&rdquo; no es m&aacute;s que un reflejo de esas profundas ra&iacute;ces de  clase-, entonces la superaci&oacute;n de las relaciones sociales capitalistas  sobre las que se erige la reproducci&oacute;n de la vida misma de la  humanidad, tiene que ver con el ejercicio concreto de naturaleza  socialista &ndash; humanismo concreto- de los trabajadores y los pueblos del  mundo entero, frente y en oposici&oacute;n antag&oacute;nica e irreconciliable con la  barbarie capitalista y la bestialidad del imperialismo.</span></p>
<h2><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>2.- La evidencia hist&oacute;rica, la pr&aacute;ctica pol&iacute;tica  de los trabajadores y los pueblos, verifica y realiza las hip&oacute;tesis que  dan cuerpo al programa de transformaciones sociales</span></h2>
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<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>La lucha  -multiforme, compleja y din&aacute;mica-, como una totalidad hist&oacute;rico-social  en movimiento contradictorio, y con el horizonte de la emancipaci&oacute;n  social, coincide plenamente con los intereses m&aacute;s inmediatos de la  humanidad, los intereses hist&oacute;ricos de las grandes mayor&iacute;as del pueblo  trabajador y su unidad org&aacute;nica con las luchas de resistencias y por la  sobrevivencia de los pueblos del mundo. Esto implica que no existe una  separaci&oacute;n a raja tabla entre lo t&aacute;ctico y lo estrat&eacute;gico, sino s&oacute;lo  como distinci&oacute;n abstracta entre un momento inmediato y un momento  referido a un salto cualitativo concreto: la conquista del poder  pol&iacute;tico y econ&oacute;mico por parte de las grandes mayor&iacute;as trabajadoras.  Salto que s&oacute;lo puede realizarse como producto de la acumulaci&oacute;n  cuantitativa de una correlaci&oacute;n de fuerzas favorables a las  transformaciones sociales, en tanto resultado y producto del accionar  planificado, sincronizado y consciente de las grandes mayor&iacute;as y su  construcci&oacute;n pol&iacute;tica.</span></p>
<h2><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>3.- El car&aacute;cter de las luchas y la unidad de la t&aacute;ctica y la estrategia</span></h2>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Desde estas  premisas se desprende que la lucha inmediata est&aacute; signada por sus  contenidos socialistas, por su horizonte emancipador. Sobre estas bases  como presupuestos b&aacute;sicos, entonces, la pregunta tendr&iacute;a que ser &iquest;Cu&aacute;l  es el contenido socialista de estas luchas que se requiere potenciar?  Ello nos lleva a significar el propio socialismo, marcar con tinta  indeleble el horizonte del restablecimiento de la identidad  hist&oacute;ricamente amenazada. Desde este punto de vista, de esta &ldquo;toma de  partido&rdquo; por la parte antag&oacute;nica al sujeto dominante, el capital y por  tanto una &ldquo;toma de partido&rdquo; por las fuerzas del trabajo, el ser humano  y su h&aacute;bitat natural, el planeta; el socialismo es b&aacute;sicamente la  expropiaci&oacute;n de la propiedad privada capitalista y su consecuente  socializaci&oacute;n, colectivizaci&oacute;n, que se expresa en primera fase en su  forma de propiedad estatal, y por tanto, el asunto se traduce  pol&iacute;ticamente en el control de la econom&iacute;a y el Estado por parte de sus  verdaderos propietarios, los productores de las riquezas, es decir, en  manos de los trabajadores y la sociedad en su conjunto. Socialismo  implica un proceso de sinceramiento del verdadero car&aacute;cter social de la  producci&oacute;n de los medios de vida, las riquezas, de las grandes mayor&iacute;as  y las naciones del mundo. Implica el control de los destinos del  decurso de la vida en manos justamente de esas grandes mayor&iacute;as y, por  tanto implica, el desarrollo del control real sobre la econom&iacute;a y el  Estado. La estatizaci&oacute;n socialista, que opera prima facie, no comporta  la creaci&oacute;n de m&aacute;s burocracia, sino la descentralizaci&oacute;n de las labores  del Estado en manos de la ciudadan&iacute;a organizada, movilizada y en  proceso de aprendizaje del autogobierno por medio del despliegue de la  democracia participativa que erosiona las bases materiales de la que  emana la l&oacute;gica de la representaci&oacute;n y la sustituci&oacute;n.</span></p>
<h2><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>4.- La indisoluble unidad de teor&iacute;a y pr&aacute;ctica es la fuente y el producto de la conciencia de clase</span></h2>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Bien sabe la  burgues&iacute;a, n&uacute;cleo del bloque en el poder, que tiene sobre su cuerpo las  heridas de una innumerable cantidad de revoluciones, que no es posible  sostener un sistema social y traspasar las fronteras de un modo de  producci&oacute;n a otro, sin la acci&oacute;n combinada de fuerza y consenso. Los  procesos revolucionarios no pueden llevarse adelante sin adquirir una  conciencia respecto del rol hist&oacute;rico que le compete a una clase que  pretende dirigir los destinos del ser humano y el planeta. Es decir,  sin conciencia de clase no es posible adquirir o sostener un sistema de  dominaci&oacute;n social de una clase sobre el conjunto de la sociedad, por lo  tanto tampoco lo es el movimiento subversivo de la emancipaci&oacute;n del  g&eacute;nero humano. Bien lo sabela burgues&iacute;a, pues sin ello no podr&iacute;a  sostener su poder. Por esto tiene que negar el derecho a la conciencia  cr&iacute;tica del conjunto de la sociedad sobre sus propios destinos, de ah&iacute;  la necesaria alienaci&oacute;n que termina afectando a sus propios intereses,  pues la ignorancia es una peste que termina afectando a los propios  apestadores. La alienaci&oacute;n social es una bomba que en su explosi&oacute;n no  respeta los l&iacute;mites de clases y revienta como ideolog&iacute;a, negando el  propio desarrollo de las fuerzas productivas que tiene que seguir  propiciando para sostener su dominaci&oacute;n en el tiempo.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>De la pr&aacute;ctica  y la reflexi&oacute;n colectiva sobre estos m&uacute;ltiples aspectos se puede llegar  a construir un movimiento aut&oacute;nomo que comprende el profundo car&aacute;cter  democr&aacute;tico de la revoluci&oacute;n socialista, parte consustancial al proceso  definitivo de emancipaci&oacute;n social al alcanzar la destrucci&oacute;n de las  condiciones materiales para la existencia de las clases y su forma  pol&iacute;tica, el Estado, como lo hemos conocido hasta ahora. </span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>El proceso de  construcci&oacute;n de este &ldquo;control social&rdquo; en manos de los trabajadores y  los pueblos, conllevar&iacute;a necesariamente a una dualidad de poder entre  los actuales propietarios jur&iacute;dicos de los medios de vida, medios de  producci&oacute;n y de las fuentes de la vida misma, la naturaleza, y los  verdaderos propietarios, puesto que las riquezas son propiedad de  quienes las producen. Tal cual hemos luchado por la propiedad de la  tierra para el que la trabaja, hoy tenemos que luchar por la propiedad  de las inversiones productivas para quienes verdaderamente las  trabajan, garantizando su ritmo y direcci&oacute;n en funci&oacute;n de los intereses  de las grandes mayor&iacute;as y no de las empresas transnacionales como ha  ocurrido hasta hoy. Hoy desalambrar las conciencias de las grandes  mayor&iacute;as, este movimiento real que no puede encorsetarse en modelo  alguno, es lo que llamamos socialismo. </span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Las clases  dominantes, ociosas, corruptas y parasitarias, usufruct&uacute;an de un  proceso social de producci&oacute;n de riquezas, y su poder se sustenta en una  realidad jur&iacute;dica impuesta por la fuerza (el monopolio del poder  militar, pol&iacute;tico y econ&oacute;mico) y es mantenido por fatuos consensos, por  medio de la alienaci&oacute;n capitalista, por medio del consumismo y el  individualismo, la guerra psicol&oacute;gica, en fin, por el ejercicio de una  hegemon&iacute;a cultural que les garantiza la anuencia de las grandes  mayor&iacute;as que aceptan disciplinadamente ser despojadas de lo que ellas  mismas producen y les pertenece. </span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>As&iacute; como de las  fuentes de valores de cambio de productos que no tienen valor, pues son  ofrecidas al ser humano gratuitamente por la naturaleza, e igualmente  son monopolizados y enajenados, se concesiona la vida de los  trabajadores y el pueblo a quienes no tienen la necesidad de responder  m&aacute;s que a la capitalizaci&oacute;n del excedente econ&oacute;mico producto de la  explotaci&oacute;n del trabajo, la enajenaci&oacute;n de los recursos naturales y el  esfuerzo de las grandes mayor&iacute;as, que luego son acumulados en forma  privada. Los destinos de los chilenos y chilenas est&aacute;n determinados por  la ganancia capitalista, la acumulaci&oacute;n por despojo y por sobre  explotaci&oacute;n se convierte en propiedad de una minor&iacute;a sin patria ni  bandera.</span></p>
<h2><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>5.- La participaci&oacute;n efectiva es la base de toda  democracia real, cuyo movimiento es el socialismo de los pueblos y los  trabajadores que se&ntilde;ala el camino de victorias a transitar</span></h2>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>La  participaci&oacute;n efectiva de los trabajadores y el pueblo es el camino de  victorias para la conquista del poder real por y para las grandes  mayor&iacute;as del pa&iacute;s, explotadas, despojadas y disciplinadas por el  control social ejercido por el Estado subsidiario del capital  financiero, que es, en definitiva, el sujeto activo de la dominaci&oacute;n  capitalista y del orden actual. El Estado es el mediador entre el  rentismo y las fracciones industriales modernas. El Estado capitalista  en la fase actual del desarrollo del capitalismo, tanto en el pa&iacute;s como  en el mundo entero, es garant&iacute;a de la unidad pol&iacute;tica de las clases  dominantes mundializadas.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>La t&aacute;ctica debe  incorporar un acompa&ntilde;amiento estrecho de la lucha en el campo de las  ideas, en la preparaci&oacute;n de los trabajadores y la organizaci&oacute;n popular,  el pueblo, para asumir las tareas del gobierno del Estado y del  conjunto de la sociedad. Hay que vencer por una parte, a los ide&oacute;logos  org&aacute;nicos al servicio de los intereses econ&oacute;micos de las clases  dominantes y por otra parte, vencer la propia resistencia de buena  parte de la militancia social y pol&iacute;tica que ha sido asimilada por las  ideas dominantes del bloque en el poder. Nos enfrentamos a un verdadero  silogismo compuesto entre ide&oacute;logos, ideotas e idiotas de tomo y lomo.  Los primeros al servicio de las castas en el poder que est&aacute;n obligadas  a defender sus privilegios hasta las &uacute;ltimas consecuencias; los que  deshojan margaritas anunciando la muerte del marxismo, supuestamente  difuminado en la multitud de interpretaciones al uso; m&aacute;s los que  honestamente piensan que es posible seguir desarrollando el pensamiento  y la acci&oacute;n revolucionaria, cantando loas pre-marxistas, cantinelas que  no tienen m&aacute;s originalidad que la repetici&oacute;n de la idiota ignorancia  del que, teniendo una pala a mano, pretende cavar la sepultura del  capitalismo con cucharas de palo.</span></p>
<h3><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>6.- &iquest;Cu&aacute;l es el nudo que no nos permite tomar la pala y nos impone seguir cavando con cucharas de palo?</span></h3>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Debido a los  retrocesos generales en el desarrollo del m&eacute;todo cient&iacute;fico -s&iacute;ntoma de  la senilidad del sistema de reproducci&oacute;n capitalista y aspecto que no  afecta a una clase determinada, sino al conjunto de la sociedad-, se  puede se&ntilde;alar la tendencia a la simplificaci&oacute;n &ndash;vulgarizaci&oacute;n- del  m&eacute;todo de aproximaci&oacute;n a los procesos que interact&uacute;an en su conjunto en  la constituci&oacute;n de la realidad hist&oacute;rico-social. Sum&eacute;mosle a esto, la  desesperaci&oacute;n por no lograr ver una salida del laberinto que genera la  supremac&iacute;a del capital como sujeto en la sociedad actual. Ello produce  un miedo razonable a la victoria de los procesos emancipatorios de los  pueblos y los trabajadores. </span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Corresponde a  una &eacute;poca de dispersi&oacute;n y de iconizaci&oacute;n de las incertidumbres una  tendencia a operar mentalmente a trav&eacute;s de un pensamiento  simplificante, una esclerotizaci&oacute;n que termina en la formalizaci&oacute;n que  no permite ver la conjunci&oacute;n din&aacute;mica de lo uno y de lo m&uacute;ltiple. El  principio de no-contradicci&oacute;n y de tercero excluido se apodera del  sentido com&uacute;n y se tiende a la unidad o identidad abstracta,  desalojando la diversidad, la multiciplidad de las determinaciones y  las intermediaciones entre el concepto y la realidad, o bien, se  fetichizan las distinciones, las diferencias. Y al perder la visi&oacute;n de  la globalidad de los procesos, se pierden igualmente las  contradicciones vitales de las partes sobre el todo. Es as&iacute; como  abundan las aproximaciones fragmentadas a la realidad y esta pierde su  cualidad de totalidad contradictoria en movimiento, es decir, su  transitoriedad y su devenir hist&oacute;rico concreto. Al perder las  referencias a la unidad o identidad de lo m&uacute;ltiple, la dispersi&oacute;n  pol&iacute;tica e ideol&oacute;gica resulta en fogonazos fragmentados y las  odiosidades absurdas terminan siendo funcionales al sistema mundial de  dominaci&oacute;n capitalista.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Me recuerda  este escenario a los animales perdidos en la cordillera que terminan  comi&eacute;ndose la cola para no morir de hambre hasta quedar petrificados en  el hielo andino. Un viento helado que golpea los cuerpos s&oacute;lo puede ser  contrarrestado con la actividad m&aacute;s en&eacute;rgica.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Por m&aacute;s que  insistamos en que para lograr un horizonte de sentido, este esfuerzo  por despojarse de los prejuicios adquiridos y de toda suerte de  manifestaci&oacute;n religiosa &ndash;de creyentes y no creyentes- hace falta igual  algo de fe. La fe en los trabajadores y los pueblos. Es en la fuerza de  nuestras ra&iacute;ces que mantendremos vivo el &aacute;rbol de la libertad.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>El socialismo  surge de los l&iacute;mites mismos del capitalismo, y este ser&aacute; resuelto a  favor del capital o el trabajo. Es con nuestra actividad pol&iacute;tica  integral e integradora que haremos posible que esta necesidad hist&oacute;rica  sea una realidad o una nueva experiencia sin el debido &eacute;xito. Quien  tema a la victoria, jam&aacute;s podr&iacute;a estar en condiciones de vencer.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Hoy m&aacute;s que  siempre aquello de que la emancipaci&oacute;n social de los pueblos y los  trabajadores es su propia obra, es la base de la confianza pol&iacute;tica de  nuestro movimiento, es la base de nuestra concepci&oacute;n del mundo y del  m&eacute;todo revolucionario para la transformaci&oacute;n del orden actual.</span></p>
<h2><span lang=»ES-CL» xml:lang=»ES-CL»>7.- A modo de resumen </span></h2>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>No hay nada tan  complejo en realidad, nada misterioso, s&oacute;lo se requiere terminar de  comprender que es necesario un trabajo te&oacute;rico-pr&aacute;ctico de car&aacute;cter  colectivo para demostrar las hip&oacute;tesis respecto de la verdadera  naturaleza del desarrollo del capitalismo en Chile. De ah&iacute;, comprender  su entramado de clases y sus luchas, para luego deducir de ello, y de  su permanente comprobaci&oacute;n en la pr&aacute;ctica pol&iacute;tica -nuestra peculiar  forma revolucionaria. Esto es, encontrar las evidencias emp&iacute;ricas para  la superaci&oacute;n definitiva del desarrollo del capitalismo e invertir con  ello el proceso basado en el des-orden actual- en funci&oacute;n de resolver  los destinos del pa&iacute;s seg&uacute;n los intereses de las grandes mayor&iacute;as  trabajadoras, productivas e improductivas. </span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Postulo la  hip&oacute;tesis de que en un pa&iacute;s dependiente del capital financiero  transnacional, donde la producci&oacute;n organizada seg&uacute;n una determinada  divisi&oacute;n internacional del trabajo, divisi&oacute;n social e internacional que  determina su naturaleza en cuanto producci&oacute;n primaria exportadora, la  oferta no crea su propia demanda y la ganancia extraordinaria  arrebatada por estos medios no beneficia m&aacute;s que a los capitales que  deciden invertir seg&uacute;n sus propios intereses inmediatos. Esta es la  base material de la insuperabilidad de la crisis estructural del  capitalismo sin una revoluci&oacute;n socialista.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Sostengo que la  ausencia de una pol&iacute;tica independiente de los trabajadores y el pueblo,  y la inexistencia de una burgues&iacute;a nacional, hace que en Chile no  exista una estrategia nacional de desarrollo propio, no tiene soberan&iacute;a  pol&iacute;tica, su modo dependiente de operar se encuentra en una camisa de  fuerza impuesta por el capital transnacional y las organizaciones  internacionales a su servicio. Naufragamos en una arquitectura  cuasi-estancacionista, y sus temporales animaciones y auges econ&oacute;micos  dependen de las animaciones de los precios y posibles auges de las  materias primas. Y como estas no son renovables, s&oacute;lo consumibles,  nuestro futuro est&aacute; signado por una suerte de ruleta rusa y en  cualquier momento saldr&aacute; el tiro mortal. Es vergonzoso que el monopolio  de las armas est&eacute; en manos de sectores que dicen estar comprometidos  con la defensa y la seguridad del pa&iacute;s, educados en una suerte de  &ldquo;nacionalismo chauvinista&rdquo; &ndash;suficiente para defender otrora el patr&oacute;n  de acumulaci&oacute;n d&eacute;bilmente desarrollista- y, por tanto, tan mal educados  en la defensa de la soberan&iacute;a y el patrimonio nacional y tan  antipopulares como la propia Concertaci&oacute;n responsable de la transici&oacute;n  entre el gobierno dictatorial a la actual forma democr&aacute;tico-burguesa.  Ante el bald&oacute;n del entreguismo de nuestras clases dirigentes, el  pueblo, con los trabajadores -productivos y no productivos- a la  vanguardia de un nuevo proyecto hist&oacute;rico, dar&aacute; por el suelo con las  ficciones que hoy nos gobiernan.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>La actual  campa&ntilde;a contra la privatizaci&oacute;n del mar &ndash;paradigm&aacute;tica y de identica  laya respecto de la miner&iacute;a, los bosques, los recursos h&iacute;dricos en  tierra, la agricultura, la banca, la seguridad social, la salud, la  educaci&oacute;n, la vivienda, la cultura, el desarrollo y la investigaci&oacute;n  cient&iacute;fica, entre otros tantos aspectos de la vida nacional- arroja  esclarecedoras luces sobre la naturaleza depredadora del patr&oacute;n de  reproducci&oacute;n capitalista en Chile. No estamos dispuestos a aceptar sin  resistencia los ofertones del patrimonio de todos los chilenos y  chilenas al capital financiero transnacional. Nuestro objetivo pol&iacute;tico  emancipatorio, de car&aacute;cter estrat&eacute;gico, es poner a los trabajadores y  el pueblo como sujetos de toda soberan&iacute;a. En ello hemos de concentrar  toda nuestra capacidad subversiva y toda nuestra inteligencia  socialmente adquirida por a&ntilde;os de lucha que van desde las resistencias  al conquistador, pasando por los fundaci&oacute;n del movimiento obrero y  popular, hasta nuestros d&iacute;as. Largos siglos de combate contra las  distintas formas de colonizaci&oacute;n, de una violencia que no se puede  ocultar con la ret&oacute;rica oficialista y oficiosa.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Junto con ello,  no queda otro camino que preparar una fuerza pol&iacute;tico-social que sea  capaz de llevar adelante, desde un gobierno de los trabajadores y el  pueblo, un salto cualitativo a la socializaci&oacute;n colectivista. El  socialismo de los pueblos y los trabajadores es el contenido esencial  de nuestra opci&oacute;n anticapitalista y antiimperialista. Es decir, en s&iacute;  mismo, nada de negaci&oacute;n maniquea, sino proposiciones integrales para la  superaci&oacute;n definitiva del desarrollo capitalista en Chile.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Los  trabajadores y los pueblos tienen todos los elementos necesarios para  comprender que, en el siglo XXI, o seguimos siendo yunque o tomamos la  firme decisi&oacute;n de ser martillo.</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>&iexcl;Barbarie capitalista y bestialidad imperialista, o socialismo de los trabajadores y los pueblos del mundo entero!</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>&iexcl;Viva el pueblo! &iexcl;Vivan los trabajadores!</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>Amador</span></p>
<p><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>&iexcl;Luchamos y estudiamos para vencer!</span></p>
<p><a target=»_blank» href=»http://www.marxismo.cl/»><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>www.marxismo.cl</span></a></p>
<p><a target=»_blank» href=»http://www.marxismo.cl/portal»><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>www.marxismo.cl/portal</span></a></p>
<p><a target=»_blank» href=»http://unidadmpt.wordpress.com/»><span lang=»ES-CL» new=»» xml:lang=»ES-CL»>http://unidadmpt.wordpress.com/</span></a></p&gt;
<p>Notas:</p>
<p>(1)  Joan Robinson, economista inglesa aguda investigadora y polemista  fustig&oacute; a los intelectuales org&aacute;nicos del capitalismo que  autoinvestidos con arrogancia de un cierto saber &ldquo;cient&iacute;fico&rdquo; supo  junto a otros compa&ntilde;eros de aventura sostener una fuerte lucha  ideol&oacute;gica. Entre otras frases para el bronce que he podido leer en  controversias con ide&oacute;logos yanquis y europeos, entre otros tantos,  se&ntilde;alaba: &ldquo;Cuando dos teor&iacute;as difieren en su ideolog&iacute;a, la diferencia  m&aacute;s importante entre ambas se establece en el terreno de la acci&oacute;n  pol&iacute;tica&rdquo; (&ldquo;Hacia una econom&iacute;a din&aacute;mica&rdquo; (Towards a Dynamic Economics).  Si bien estas frases est&aacute;n fuera del contexto en que fueron expresadas  dan igualmente una idea de la agudeza de sus indagaciones y el sentido  pr&aacute;ctico que tienen sus investigaciones y an&aacute;lisis. Audacia intelectual  digna de imitar por los militantes revolucionarios en el presente siglo. </p>
<p>(2)  Federico Engels, &ldquo;El papel del trabajo en la transformaci&oacute;n del mono en  hombre&rdquo;. Una versi&oacute;n en internet puede encontrarse en: http://www.marxismo.cl/mod/forum/discuss.php?d=1325</p&gt;
<p>(3) Carlos Marx, Tomo III de El Capital,  Secci&oacute;n Sexta: &ldquo;C&oacute;mo se convierte la ganancia extraordinaria en Renta  del Suelo&rdquo;, Cap&iacute;tulo XXXVII. Fondo de Cultura Econ&oacute;mica, M&eacute;xico. Hay  una versi&oacute;n en internet que puede ser le&iacute;da en <a href=»http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital3/MRXC3837.htm»>http://www.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital3/MRXC3837.htm</a></p&gt;

“NUESTRA INTERNACIONAL ES EL GÉNERO HUMANO”

Posted in Documentos de Trabajo de la Comisión by formacionmpt on enero 14, 2010

“NUESTRA INTERNACIONAL ES EL GÉNERO HUMANO”

“Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía”
Julio Cortázar.

Amador Ibáñez, tan chileno con su bigote bien cortado y su gusto fanatizado por los caballos, hace años sostiene el sitio http://www.marxismo.cl, la página más completa del marxismo revolucionario e integral existente en Chile. Amador no es ni alto ni bajo. Sus ojos centellean ese gris-verde de los chilenos del centro del país. Como también es un oficial militar formado en Cuba en los años negros de la dictadura pinochetista, luego de lo cual se batió junto a muchos chilenos contra el imperialismo en la Nicaragua revolucionaria de comienzos de los 80, a veces habla golpeado y convincente.
Amador, en los 60 militó en las Juventudes Comunistas cuando todavía no cumplía los 15 años. Pocos años después se incorporó a la defensa del gobierno del Presidente Salvador Allende, cumpliendo tareas especiales. Inmediatamente después del Golpe de Estado, fue expulsado de la carrera de Filosofía del Pedagógico de la Universidad de Chile, y se entregó, en el ámbito social, a la recomposición del movimiento estudiantil diezmado por Pinochet, y a colaborar con el mítico dirigente sindical de la Construcción, Héctor Hugo Cuevas, “el loco Cuevas”, fallecido hace años. Paralelamente, comenzó a participar en los primeros agrupamientos para resistir de manera armada a la dictadura. Durante el período 86 -87, decide al lado de muchos formar el Frente Patriótico Manuel Rodríguez autónomo de la dirección del Partido Comunista. Tres años estuvo preso en Argentina, acusado por el secuestro del Coronel Carreño, militar del régimen tirano, después de lo cual fue sobreseído sin poder comprobársele ninguna participación en el hecho. En los 90 retornó a Chile, donde, ante el cambio sustantivo del escenario político en el país, se dio a la tarea de partir por el principio: colaborar con la lucha incesante por la recuperación de la conciencia emancipadora de los pueblos y los trabajadores a través del sitio http://www.marxismo.cl
En la actualidad milita en el Movimiento de los Pueblos y los Trabajadores (MPT-Chile), específicamente en el equipo de Educación y Formación Política. Estudioso de la economía heterodoxa, se pasea tanto por los clásicos del marxismo (Marx, Rosa Luxemburgo, Gramci, Mariátegui), pasando por Joan Robinson, Sraffa y Kalecki; Della Volpe y Kosik; y su gran amigo trasandino, Hugo Azcurra.
Su película favorita es Tierra y Libertad de Ken Loach. Amador se llama asimismo “soldado del pueblo” y en medio de café y cigarrillos contesta pensando bien lo que pregunto

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Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on diciembre 8, 2009
Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 1.

Curso de economía política Marxista. Impartida por el Dr. Héctor Guillén Romo.


Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 2.

Curso de economía política Marxista. Impartida por el Dr. Héctor Guillén Romo.


Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 3.

Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 3.

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 4.

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Ley de la baja tendencial de la tasa de beneficio 5.

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Teoría de la distribución del ingreso

Posted in Textos de Interes para la formación by formacionmpt on diciembre 8, 2009

Teoria de la distribución de ingreso en Ricardo 1

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.


Teoria de la distribución de ingreso en Ricardo 2

Curso de economía política Marxista. Impartido por el Dr. Héctor Guillén Romo.

Debate marxista: relación Sociedad-Naturaleza

Posted in Documentos de Trabajo de la Comisión, Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 26, 2009

Debate marxista: relación Sociedad-Naturaleza

Una relación material a tener en cuenta

Taeli Gómez Francisco

Rebelión

 

I –Una mirada desde el todo:

A propósito de nuestra realidad como pueblos colonizados, creemos que resulta necesario, desde el contexto de una Nueva Ciencia Política del Sur, reconocer la unidad materialista-dialéctica del proceso histórico-natural. Lo anterior, por las implicancias comprometidas, que exigen, la superación revolucionaria del conjunto de las relaciones sociales actuales por el modo de producción comunista. En este contexto, el socialismo debe comprender, en su proceso de destrucción, todas las contradicciones que impliquen enajenación.

Hasta ahora, hemos abordado desde nuestra óptica histórica, la actividad como el momento de existencia de la realidad social (1); en tanto, la práctica, ha acumulado contradicciones sociales que nos evidencian la dimensión del trabajo enajenado, en su consideración social y profundizamos de esa forma, la esencia del hombre.

Ahora bien, ello se ha mostrado en el carácter creador de la conciencia social; la cual, ha permitido dilucidar, a través, de sus formas -como interrelaciones específicas de un cuadro único-, que se han abordado principalmente, el ámbito de las relaciones sociales intersubjetivas; es decir, la esencia del hombre mediada por las necesidades del ser social que evidenciaban esta dimensión.

No obstante, como pueblos del sur, hemos perdido, de manera más dolorosa que otros, nuestro cuerpo orgánico que comprende, al humano-no humano; y por lo mismo, nos consta, por nuestra práctica acumulada, la vulnerabilidad de nuestra especie y la incertidumbre de la vida en el planeta. Esta consecuencia significa una contradicción a considerar.

Lo anterior explica el movimiento inclusivo-dialéctico de lo activo y así lo sintetiza Thalía Fung, al definirlo como la “concatenación de la interacción entre la naturaleza viva y la vida social por una parte, y por la otra, como sustancia de todas las transformaciones materiales, sin excluir los cambios en la naturaleza no viva…” (2). Con ambas consideraciones complementarias, imbricadas en una sola realidad, se nos permite visualizar, que la sociedad ha llegado a un estado de acumulación práctica que, evidenciada por la conciencia ecológica, le ha permitido ver a una determinada naturaleza y el incremento de lo activo como parte de su actualidad

Tal vez, Marx lo advirtió, y de manera profunda, sólo que, nos demostró que la verdad no está en la idea, sino en la práctica, pues no la había suficiente para leer, desde ella, la crisis ecosocial. Tal como Aristarco en el siglo IIII a.c. propuso el modelo heliocéntrico del sistema solar; sólo que no era una definición matemática-astronómica, sino práctica.

En tal sentido, Marx, en los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844, ya nos presenta, al abordar la enajenación del trabajo, su claridad sobre la contradicción ecosocial que contiene el capital. De acuerdo a ello, Marx nos dice que el trabajo, no sólo produce mercancías, se produce a sí mismo y al obrero como mercancía ; por lo tanto, la relación social que circula en el mercado como una cosa, no sólo contiene lo anterior como proceso de desrealización del trabajador, sino que, además naturaleza cosificada (un plusecosocial(3)). Ésta se transforma en un simple medio que satisface la necesidad del capital de autorrepoducirse y con ello, a la vez, la muerte del hombre. De ahí que, con la mercancía circula una relación social que da cuenta, no sólo de la contradicción que habíamos observado: mientras más produce el trabajador MENOS TIENE, sino que además, hoy se le adiciona, MENOS ES.

Por tal razón, se le cosifica, al igual que la relación social mercancía, como un fetiche, un objeto externo un “fetichismo eco-social”(4). De ahí que la ha imaginado como un ente extraño y hostil que se le enfrenta y amenaza. Pero esta contradicción no había adquirido autonomía como una forma de la conciencia social, sólo estaba sustantivado en ellas lo intersubjetivo; mas sólo, al hacerse visible la contradicción, se adquiere conciencia de lo humano y no humano como unidad universal. De ahí la profundidad revolucionaria que, a nuestro entender, debe contener la Nueva Ciencia Política, pues la presencia de la conciencia ecológica, en la conciencia política, expresa una necesidad del ser social, que en última instancia, es determinante.

En este sentido, la dirección política, debe ir encaminada hacia, necesariamente, la transformación revolucionaria de todas las contradicciones que provocan la enajenación del hombre. Decimos esto porque, la unidad a superar como acto de la enajenación de la actividad humana práctica, del trabajo contiene los tres elementos analizados por Marx, primero, la relación del trabajador con el producto del trabajo como con un objeto ajeno y que lo domina; segundo, la relación del trabajo con el acto de la producción dentro del trabajo y, además, el trabajo enajenado, hace extraños al hombre de su propio cuerpo, la naturaleza, su esencia humana-no humana. Esta última ocasiona que el ser viviente genérico universal se autodisminuye al limitar la posibilidad de realizar su actividad vital trabajo como mediación socionatural, y por ende, la consecuencia es su propia auto eliminación como hombre.

La importancia que le damos a esto viene dada desde la consideración de la totalidad ideal marxista, en tanto, dentro de ella, la ubicamos en lo que se ha denominado, la base material. Lo anterior explica la motivación revolucionaria del enfoque. De ahí que, su toma de conciencia, desde la Ciencia Política del Sur, se hace imperativa.

Si se considera, desde esta perspectiva, la relación sociedad-naturaleza-naturaleza-sociedad, como un momento material esencial, podemos comprender la inversión que hemos reproducido al validar, ideológicamente, la enajenación que presenta a la naturaleza como un ajeno, como una cosa agotable. En este contexto, consideramos que, el abordaje del tema “ambiental” ha sido realizado, por lo general, de forma parcial e inclusive, marginalmente. Por el contrario, la Nueva Ciencia Política, debe plantearse el comunismo -como superación del modo de producción capitalista-, pero realizable y ello sólo es posible, si el socialismo, como etapa política consciente, elimina todas las bases de la enajenación. C ualquier omisión o paso táctico reformista, es un riesgo a la estrategia final.

II-Una mirada desde la parte y sus interrelaciones:

Lo que hemos expresado anteriormente, pretende ser parte de un debate, que re posesione a la relación sociedad-naturaleza-naturaleza-sociedad, en la base material y por lo mismo, que la considere determinante al momento de avanzar hacia soluciones históricas. Por consiguiente, un enfoque ecologista simplemente, puede ser visto, guardando las diferencias, como un ecologismo utópico, en el sentido de atender a las consecuencias. Tal como Marx no parte desde la pobreza, sino desde la esencia de ella, no se debe partir desde el agua agotada o los bosques talados; sino de la incompatibilidad de la mercancía con el hombre. Hay reflexiones muy profundas que demuestran la lógica de esta precisión en Marx, es así como, en las Glosas Marginales al Programa del Partido Obrero Alemán, señala “ La distribución de los medios de consumo es, en todo momento, un corolario de la distribución de las propias condiciones de producción. Y esta distribución es una característica del modo mismo de producción. … El socialismo vulgar (y por intermedio suyo, una parte de la democracia) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y tratar la distribución como algo independiente del modo de producción, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución. Una vez que está dilucidada, desde hace ya mucho tiempo la verdadera relación de las cosas, ¿por qué volver a marchar hacia atrás?”.

Entonces, la pregunta, ¿por qué volver a marchar hacia atrás y buscar avanzar desde las consecuencias?. La crisis ecosocial, está en la relación capital-trabajo, en la enajenación de la actividad humana práctica, del trabajo; en consecuencia, la Nueva Ciencia Política del Sur debe comprender toda la contradicción que representa la mercancía.

En definitiva, “ La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas. El trabajo no sólo produce mercancías; se produce también a sí mismo y al obrero como mercancía, y justamente en la proporción en que produce mercancías en general”(5). Y también, decimos nosotros, en cada mercancía hay un humano-no humano que deja de ser.

 

(*) Trabajo presentado en el XII Taller Internacional “Nueva Ciencia Política”, Cuba, 2009

(1) Valiosos son los aportes del autor Rigoberto Pupo que permiten comprender esta categoría, principalmente, desarrollados en su libro Rigoberto Pupo, 1990 La actividad como categoría filosófica, Editora Ciencias Sociales, Instituto del Libro, La Habana , (pág.13)

(2) Thalía Fung, 1990, Prólogo del libro La actividad como categoría filosófica, Pupo Ibíd.

(3) Denominación propuesta por la autora en la investigación plasmada en la Tesis para optar al grado de Doctora en Ciencias Filosóficas, “ La conciencia ecológica: una nueva forma de la conciencia social” Universidad de la Habana, Cuba. 2007. No publicada.

(4) ibid

(5) Manuscritos económicos y filosóficos de 1844.

 

El método de la economía política

Posted in Documentos de Trabajo de la Comisión, Textos de Interes para la formación by formacionmpt on noviembre 9, 2009

LÍNEAS FUNDAMENTALES DE LA CRÍTICA DE LA ECONOMÍA POLÍTICA (GRUNDISSE)

KARL MARX:

OME 21. Edit. Crítica, Barcelona, 1977 (pp. 24-36). Ed. dirigida por Manuel Sacristán Luzón

 

Introducción

El método de la economía política

3 ) El método de la economía política

Cuando consideramos un país dado desde el punto de vista económico-político comenzamos con su población, con su distribución en clases, la ciudad, el campo, el mar, las diferentes ramas de la producción, ex­portación e importación, producción y consumo anual, precios de las mercancías, etc.

Parece correcto empezar por lo real y concreto, con el presupuesto efectivo; y en consecuencia, empezar, por ejemplo, en la economía con la población, que es el fundamento y sujeto de todo acto de pro­ducción social. Sin embargo, ante un examen más detenido, esto se ma­nifiesta como falso. La población es una abstracción, si dejo, por ejem­plo, de lado las clases de las que se compone. Estas clases son a su vez una palabra vacía, si no conozco los elementos sobre las que descansan. Por ejemplo, trabajo asalariado, capital, etc. Éstos presuponen cambio, división del trabajo, precios, etc. El capital, por ejemplo, no es nada sin trabajo asalariado, sin valor, dinero, precio, etc. Si comenzara, por lo tanto, con la población, esto sería una representación caótica de la totalidad y mediante una determinación más precisa llegaría analítica­mente a conceptos cada vez más simples; de lo concreto representado llegaría a abstracciones cada vez más sutiles, hasta alcanzar las deter­minaciones más simples. A partir de aquí habría que emprender de nuevo el viaje a la inversa, hasta llegar finalmente de nuevo a la po­blación, pero esta vez no como una representación caótica de un todo, sino como una totalidad rica de múltiples determinaciones y relacio­nes. El primer camino es el que tomó históricamente la economía en sus comienzos. Los economistas del siglo XVII, por ejemplo, comienzan siempre con la totalidad viva, con la población, con la nación, con el estado, con varios estados, etc.; pero siempre acaban descubriendo me­diante el análisis algunas relaciones generales abstractas determinantes, como división del trabajo, dinero, valor, etc. Tan pronto como estos momentos aislados fueron más o menos fijados y abstraídos, comenzaron los sistemas económicos, que se elevaban de lo simple, como el trabajo, división del trabajo, necesidad, valor de cambio, hasta el Estado, cam­bio entre las naciones y el mercado mundial. Este último es evidentemen­te el método científicamente correcto. Lo concreto es concreto, porque es la síntesis de muchas determinaciones, porque es, por lo tanto, unidad de lo múltiple. En el pensamiento lo concreto aparece, consiguien­temente, como proceso de síntesis, como resultado, y no como punto de partida, a pesar de que es el punto de partida real y, en consecuencia, también el punto de partida de la intuición y la representación. En el primer camino la representación completa se volatiliza en una determinación abstracta; en el segundo las determinaciones abstractas conducen a la reproducción de lo concreto por el camino del pensa­miento. De ahí que Hegel cayera en la ilusión de concebir lo real como resultado del pensamiento que se concentra en sí mismo, pro­fundiza en sí mismo y se mueve a partir de sí mismo, mientras que el método de elevarse de lo abstracto a lo concreto sólo es la ma­nera que tiene el pensamiento de apropiarse lo concreto, de repro­ducirlo como un concreto espiritual. Pero en modo alguno se trata del proceso de génesis de lo concreto mismo. Por ejemplo, la cate­goría económica más simple, como, por ejemplo, el valor de cambio, presupone la población, y la población que produce dentro de deter­minadas relaciones; presupone también un cierto tipo de sistema familiar, o comunitario o político, etc. El valor de cambio no puede existir más que como relación abstracta y unilateral de un todo vivo, concreto, ya dado. Por el contrario, en cuanto categoría el valor de cam­bio tiene una existencia antediluviana. Para la conciencia, por lo tanto ‑y la conciencia filosófica está determinada de esta forma‑, para la cual el pensamiento pensante es el hombre real y, en consecuencia, sólo es real el mundo pensado en cuanto tal ‑el movimiento de las cate­gorías se presenta como el auténtico acto de producción‑, el cual des­graciadamente sólo recibe un impulso desde fuera cuyo resultado es el mundo; y esto sólo es correcto ‑pero es a su vez una tautología‑ en la medida en que la totalidad concreta, en cuanto totalidad de pen­samiento, es en realidad un producto del pensamiento, de la concepción; pero, en modo alguno, es el producto del concepto que se piensa y se engendra a sí mismo al margen de y por encima de la intuición y de la representación, sino el producto de la elaboración de la intuición y de la representación en conceptos. La totalidad, tal como se presenta en la mente como una totalidad de pensamiento, es un producto de la men­te que piensa, que se apropia del mundo de la única forma que le es posible, una forma que es diferente de la apropiación artística, religio­sa, práctico‑espiritual del mundo. El sujeto real continúa manteniendo antes como después su autonomía fuera de la mente; al menos, en tanto la mente se comporta exclusivamente de forma especulativa, teórica. En consecuencia, también en el método teórico el sujeto, la sociedad, tiene que estar siempre presente como presupuesto de la representa­ción.

Pero estas categorías simples, ¿no tienen también una existencia histórica o natural anterior a la de las categorías más concretas? Ça de­pend. Por ejemplo, Hegel[1] comienza de forma correcta la Filosofía del Derecho con la posesión, en cuanto la relación jurídica más simple del su­jeto. Pero no existe ninguna posesión antes de la familia, o antes de las relaciones de dominación y servidumbre, que son relaciones mucho más concretas. Por el contrario, sería correcto decir que existen fami­lias y tribus, que sólo poseen, pero que no tienen propiedad. La catego­ría más simple se presenta, por lo tanto, como relación de simples comunidades familiares o tribales respecto de la propiedad. En la so­ciedad de un nivel superior se presenta como la relación más simple de una organización desarrollada. Pero el sustrato más concreto, cuya relación es la posesión, está siempre presupuesto. Uno puede represen­tarse a un salvaje aislado que posee. Pero entonces la posesión no es ninguna relación jurídica. Es incorrecto que la posesión se desarrolla históricamente hasta la familia.[2] Ella presupone más bien y siempre esta «categoría jurídica más concreta». Sin embargo, permanece siempre el hecho de que las categorías simples son expresiones de relaciones, en las cuales puede haberse realizado lo concreto menos desarrollado, sin que haya sido producida todavía la relación o conexión multilateral que está expresada espiritualmente en la categoría más concreta; mientras que lo concreto más desarrollado conserva a estas mismas categorías en cuanto relación subordinada. El dinero puede existir y ha existido his­tóricamente, antes de que existiera el capital, antes de que existieran los bancos, antes de que existiera el trabajo asalariado, etc. Desde este punto de vista puede decirse, por lo tanto, que las categorías más sim­ples pueden expresar relaciones dominantes de un todo menos desarro­llado, o relaciones subordinadas de un todo más desarrollado, las cuales ya tenían existencia histórica, antes de que el todo se desarrollara en el sentido expresado en una categoría más concreta. En este sentido, el ca­mino del pensamiento abstracto, que se eleva de lo más simple a lo com­plejo, correspondería al proceso histórico real.

Por otra parte, se puede decir que existen formas de sociedad muy desarrolladas y, sin embargo, históricamente inmaduras, en las cuales tienen lugar las formas más elevadas de la economía, como por ejemplo, la cooperación, una división del trabajo desarrollada, etc., sin que exista dinero alguno, por ejemplo, Perú.[3] También entre las comunidades eslavas el dinero y el cambio que lo condiciona no aparece en absoluto, o sólo en escasa medida, dentro de cada comunidad, sino en sus fron­teras, en el tráfico con otras comunidades; así pues, es en general falso colocar el cambio en el centro de la comunidad, como si fuera el ele­mento constitutivo originario. Al principio, aparece más bien antes en la relación de las diferentes comunidades entre sí, que para los miem­bros de una única y misma comunidad. Más aún: a pesar de que el dinero desempeña un papel desde muy pronto y en todos los sentidos, sin embargo, en la antigüedad como elemento dominante pertenece ex­clusivamente a naciones determinadas unilateralmente, a las naciones comerciales. E incluso en la antigüedad más desarrollada, entre los grie­gos y los romanos, su pleno desarrollo, que está presupuesto en la mo­derna sociedad burguesa, sólo aparece en el período de su disolución. Por lo tanto, esta categoría completamente simple no se presenta his­tóricamente en su intensidad más que en las condiciones más desarro­lladas de la sociedad. Pero sin permear, en modo alguno, todas las relaciones económicas. Por ejemplo, en el Imperio Romano, en su máxi­mo desarrollo, los impuestos en especie y las prestaciones en especie continuaron siendo el fundamento del mismo. El sistema monetario propiamente dicho sólo se desarrolla allí por completo en el ejército. No llegó nunca a alcanzar a la totalidad del trabajo. Así, a pesar de que la categoría más simple puede haber existido históricamente antes que la más concreta, en su pleno desarrollo intensivo y extensivo, sin embargo puede pertenecer precisamente a una forma de sociedad compleja, mientras que la categoría más concreta estaba ya plenamente desarro­llada en una forma de sociedad menos desarrollada.

El trabajo parece una categoría completamente simple. También la representación del mismo en esta generalidad momo trabajo en ge­neral‑ es antiquísima. Sin embargo, considerado en esta simplicidad, desde el punto de vista económico, el «trabajo» es una categoría tan moderna como las relaciones que engendran esta abstracción simple. El monetarismo, por ejemplo, pone la riqueza de forma totalmente ob­jetivada, como cosa fuera de sí mismo, en el dinero. Frente a este punto de vista fue un gran progreso, cuando el sistema manufacturero o co­mercial trasladó la fuente de la riqueza del objeto a la actividad subje­tiva ‑el trabajo comercial o manufacturero‑, si bien concibió siempre esta actividad en el aspecto limitado de creadora de dinero. Frente a este sistema, también constituyó un gran progreso el sistema fisiocrá­tico, que considera una forma determinada del trabajo ‑la agri­cultura‑ como la creadora de riqueza, y no considera al objeto mismo en el disfraz del dinero, sino al producto en general, como resultado general del trabajo. Este producto, de acuerdo con el carácter limitado de la actividad, es considerado todavía como un producto determinado naturalmente momo producto de la agricultura, como producto de la tierra par excellence.

Fue un inmenso progreso el de Adam Smith al rechazar todo carác­ter determinado de la actividad creadora de riqueza, y considerarla como trabajo a secas; ni como trabajo manufacturero, ni como trabajo comercial, ni como trabajo agrícola, sino tanto el uno como el otro. Con la generalidad abstracta de la actividad creadora de riqueza se pre­senta ahora también la generalidad del objeto determinado como rique­za, como producto en general o como trabajo en general, pero como trabajo pasado, como trabajo objetivado. La dificultad y magnitud de esta transición se pone de manifiesto en el hecho de cómo el mismo Adam Smith recae a veces de nuevo en el sistema fisiocrático. Ahora podría parecer que de esta forma se habría encontrado la expresión más abstracta para la relación más antigua y más simple, en la que los hombres aparecen como productores, cualquiera que sea la forma de sociedad. Esto es correcto desde un punto de vista. Pero no lo es des­de otro. La indiferencia frente a una determinada clase de trabajo pre­supone una totalidad muy desarrollada de trabajos reales, ninguno de los cuales domina a todos los demás. Así, las abstracciones más gene­rales sólo surgen en general con el desarrollo concreto más rico, donde un elemento se presenta como lo común a muchos, como lo común a todos. Entonces deja de poder ser pensado exclusivamente en una forma particular. Por otra parte, esta abstracción del trabajo en general no es sólo el resultado ideal de una totalidad concreta de trabajos. La in­diferencia frente al trabajo determinado corresponde a una forma de sociedad, en la que los individuos pasan con facilidad de un trabajo a otro y en la que el género determinado del trabajo es para ellos casual y, por lo tanto, indiferente. El trabajo se ha convertido aquí no sólo en cuanto categoría, sino en la realidad en el instrumento para la crea­ción de la riqueza en general, y como determinación ha dejado de formar una unidad con los individuos como una particularidad suya. Una tal situación está más desarrollada que en ningún lado en la forma de existencia más moderna de las sociedades burguesas, en los Estados Unidos. Sólo aquí, por lo tanto, la abstracción de la categoría «trabajo», «trabajo en general», «trabajo sans phrase», que es el punto de par­tida de la economía moderna, deviene verdadera en la práctica. Por lo tanto, la abstracción más simple que la economía moderna coloca en la cúspide, y que expresa una relación antiquísima y válida para todas las formas de sociedad, se presenta, sin embargo, en esta abstracción, como verdadera en la práctica sólo en cuanto categoría de la sociedad más moderna. Se podría decir que lo que en los Estados Unidos se presenta como un producto histórico ‑esta indiferencia frente a un trabajo determinado‑ se presenta entre los rusos, por ejemplo, como una disposición natural. Sólo que en primer lugar existe una endiablada diferencia entre bárbaros con disposición para ser utilizados para todo, y civilizados que se dedican a todo. Y además entre los rusos a esta indiferencia frente al carácter determinado del trabajo corresponde la sujeción tradicional a un trabajo completamente determinado, del cual sólo son expulsados mediante influencias externas.

Este ejemplo del trabajo muestra de manera evidente cómo las mismas categorías más abstractas, a pesar de su validez ‑precisamente a causa de su abstracción‑ para todas las épocas, sin embargo, en la determinación de esta abstracción misma son producto de relaciones históricas y s6lo poseen plena validez para y dentro de estas relaciones.

La sociedad burguesa es la organización histórica de la producción más desarrollada y compleja. Las categorías que expresan sus relaciones, la comprensión de su organización, permiten comprender al mismo tiempo la organización y las relaciones de producción de todas las for­mas de sociedad pasadas, con cuyas ruinas y elementos ella ha sido edi­ficada, de los cuales ella continúa arrastrando en parte consigo restos todavía no superados, mientras que meros indicios han desarrollado en ella todo su significado. En la anatomía del hombre está la clave para la anatomía del mono. Los indicios de las formas superiores en las especies animales inferiores sólo pueden ser comprendidos cuando la forma superior misma ya es conocida. La economía burguesa suminis­tra, por lo tanto, la clave de la economía antigua, etc. Pero, en modo alguno, de la forma en que proceden los economistas, que cancelan todas las diferencias históricas y ven en todas las formas de sociedad la forma burguesa. Se puede comprender el tributo, el diezmo, etc., cuan­do se conoce la renta de la tierra. Pero hay que no identificarlas. Puesto que además la misma sociedad burguesa no es más que una forma anta­gónica del desarrollo, determinadas circunstancias de formas anteriores se presentan en ella con frecuencia sólo de manera totalmente atrofiada o completamente caricaturizada. Por ejemplo, la propiedad comunal. En consecuencia, si es verdad que las categorías de la economía bur­guesa poseen una cierta validez para todas las demás formas de sociedad, est9 ha de ser aceptado cum grano salis. Ellas pueden contener dichas formas de un modo desarrollado, atrofiado, caricaturizado, etc., pero la diferencia será siempre esencial. El llamado desarrollo histórico des­cansa en general en el hecho de que la última forma considera a las formas pasadas como estadios que conducen a ella misma; y, puesto que ella rara vez y sólo en condiciones completamente determinadas es capaz de criticarse a sí misma ‑aquí no se habla en absoluto de aque­llos períodos históricos que se presentan a sí mismos como la época de decadencia‑, las concibe siempre de forma unilateral. La religión cristiana sólo fue capaz de contribuir a la comprensión objetiva de las mitologías anteriores cuando estuvo dispuesta, δύναμέί, por así de­cirlo, a realizar su autocrítica hasta un cierto punto. Así también, la economía burguesa sólo llegó a la comprensión de la sociedad feudal, antigua, oriental, cuando comenzó la autocrítica de la sociedad bur­guesa. En la medida en que la economía burguesa no se identifica pura y simplemente de forma mitológica con el pasado, su crítica de formas de sociedad anteriores, por ejemplo, de la feudal, con la que todavía tuvo que luchar directamente, se asemeja a la crítica que el cristianismo realizó al paganismo, o también el protestantismo al catolicismo.

Como en general en toda ciencia histórica, social, en el desarrollo de las categorías económicas hay que tener siempre presente que, como en la realidad, así también en la mente, el sujeto ‑aquí la moderna sociedad burguesa‑ está ya dado, y que las categorías sólo expre­san, en consecuencia, formas de ser, determinaciones existenciales, a menudo sólo aspectos particulares de esta sociedad determinada, de este sujeto, y que, por lo tanto, incluso desde un punto de vista cien­tífico ella no empieza en modo alguno en el momento en que se empieza a hablar de ella en cuanto tal. Esto hay que tenerlo presente porque ofrece elementos decisivos para la división de nuestro estudio. Por ejemplo, nada parece más natural que empezar con la renta de la tierra, con la propiedad de la tierra, ya que está ligada a la tierra, que es la fuente de toda producción y de toda existencia, así como a la pri­mera forma de producción de todas las sociedades consolidadas en cierta medida, a la agricultura. Y sin embargo, nada sería más erróneo. En todas las formas de sociedad hay una producción determinada que asigna a todas las demás su rango e influencia, y cuyas circunstancias, por lo tanto, asigna también a todas las demás circunstancias su rango e influen­cia. Es una iluminación general en la que se sumergen todos los demás colores y que los modifica en su particularidad. Es un éter particular que determina el peso específico de todas las formas de existencia que des­tacan en él. Por ejemplo, entre los pueblos pastores (los pueblos simplemente cazadores o pescadores están fuera del punto en el que empieza el desarrollo real). Entre éstos aparece cierta forma de agricultura es­porádica. La propiedad de la tierra está determinada por este hecho. La propiedad es común y conserva esta forma más o menos, según que estos pueblos se mantengan más o menos firmes en sus tradiciones, por ejemplo, la propiedad común entre los eslavos. En los pueblos de agri­cultura sedentaria ‑y esta sedentariedad es ya un gran nivel‑, en los que la agricultura domina, como entre los antiguos o en la sociedad feudal, la industria misma y su organización y las formas de propiedad que le corresponden tienen en mayor o menor medida el carácter de propiedad de la tierra; o bien dependen por completo de la propiedad de la tierra, como entre los antiguos romanos, o bien, como en la Edad Media, reproducen en la ciudad la organización del campo y sus rela­ciones. El capital mismo en la Edad Media ‑en la medida en que no es un puro capital dinerario‑ como instrumento artesanal tradicio­nal, etc., tiene este carácter de propiedad de la tierra. En la sociedad burguesa es a la inversa. La agricultura deviene cada vez más una mera rama de la industria, y está totalmente dominada por el capital. Lo mismo la renta de la tierra. En todas las formas en las que la propiedad de la tierra domina, la relación con la naturaleza es la dominante. En aquellas en las que domina el capital, el elemento social, producido his­tóricamente, es el dominante. La renta de la tierra no puede ser com­prendida sin el capital. El capital, sin embargo, puede ser comprendido sin la renta de la tierra. El capital es el poder económico de la sociedad burguesa que lo domina todo. Tiene que constituir tanto el punto de partida como el punto de llegada y tiene que ser desarrollado antes que la propiedad de la tierra. Después de haber sido considerados ambos en particular, habrá que considerar su relación recíproca.

Sería, por lo tanto, impracticable y erróneo presentar la sucesión de las categorías económicas en el orden en que fueron históricamente determinantes. Su orden de sucesión está más bien determinado por la relación que tienen entre sí en la moderna sociedad burguesa, y que es exactamente el inverso de aquel que se presenta como natural o que corresponde al orden del desarrollo histórico. No se trata de la disposi­ción que adoptan históricamente las relaciones económicas en la suce­sión de las diferentes formas de sociedad. Aún menos de su sucesión «en la idea» (Proudhon) (una representación nebulosa del movimien­to histórico). Sino de su articulación dentro de la sociedad burguesa moderna.

La pureza (la determinación abstracta) en la que se presentan los pueblos comerciantes ‑fenicios, cartagineses‑ en el mundo antiguo, está dada precisamente por el predominio de los pueblos agrícolas. El capital comercial o el capital monetario se presenta, precisamente en esta abstracción, allí donde el capital no es todavía el elemento domi­nante de las sociedades. Los judíos, los lombardos, asumen esta posi­ción frente a las sociedades medievales que practican la agricultura.

Como un ejemplo más de la posición diferente que asumen las mismas categorías en los diferentes estadios de la sociedad, una de las úl­timas formas de la sociedad burguesa: joint‑stock‑companies «socieda­des por acciones. Sin embargo, aparecen también en sus comienzos en las grandes compañías comerciales privilegiadas y gozando de una si­tuación de monopolio.

El concepto mismo de riqueza nacional se insinúa entre los econo­mistas del siglo XVII ‑una representación que en parte continúa entre los del XVIII‑ de una forma tal que la riqueza parece creada exclu­sivamente para el Estado, mientras que su poder parece ser proporcio­nal a esta riqueza.[4] Ésta era una forma todavía inconscientemente hipó­crita en la que la riqueza misma y la producción de la riqueza se anunciaba como la finalidad de los estados modernos, los cuales eran considerados exclusivamente en cuanto instrumento para la produc­ción de la riqueza.

La división de la materia ha de ser efectuada evidentemente de forma tal que se estudie: 1) las determinaciones abstractas generales que corresponden, por lo tanto, en mayor o menor medida, a todas las formas de sociedad, pero en el sentido antes indicado. 2 ) Las categorías que constituyen la articulación interna de la sociedad burguesa y sobre las que descansan las clases fundamentales. Capital, trabajo asalariado, propiedad de la tierra. Su relación recíproca. Ciudad y campo. Las tres grandes clases sociales. Cambio entre ellas. Circulación. Crédito (pri­vado). 3) Resumen de la sociedad burguesa en la forma de Estado. Considerado en relación consigo mismo. Las clases «no productivas». Impuestos. Deuda pública. La población. Las colonias. Emigración. 4) Relaciones internacionales de la producción. División internacional del trabajo. Cambio internacional. Exportación e importación. Cotiza­ción en el cambio. 5 ) El mercado mundial y las crisis.[5]

4) Producción. Medios de producción y relaciones de producción. Relaciones de producción y relaciones de tráfico. Formas de estado y de consciencia en relación con las relaciones de producción y tráfico. Relaciones jurídicas. Relaciones familiares.

Notabene en relación con los puntos que han de ser mencionados aquí y que no deben ser olvidados.

1) La guerra fue desarrollada antes que la paz; modo como me­diante la guerra y en los ejércitos, etc., se desarrollan ciertas relaciones económicas, como trabajo asalariado, maquinaria, etc., antes que en el interior de la sociedad civil. También la relación entre la fuerza productiva y las relaciones de tráfico se presenta de forma particular­mente visible en el ejército.

2) Relación de la historiografía ideal existente hasta el momen­to con la historiografía real. En particular, las llamadas historias de la civilización, que son todas historias de la religión y de los estados. (Con ocasión de esto se puede decir algo sobre las diferentes clases de historiografía existente hasta el momento. La llamada historiogra­fía objetiva, la subjetiva (moral, entre otras). La filosófica.)

3 ) Relaciones de producción secundarias y terciarias; en general relaciones de producción derivadas, transmitidas, no originarias. Aquí entran en juego las relaciones internacionales.

4) Objeciones sobre el materialismo de esta concepción. Rela­ción con el materialismo naturalista.

5) Dialéctica de los conceptos fuerza productiva (medios de pro­ducción) y relaciones de producción, una dialéctica cuyos limites han de ser determinados y que no suprime la diferencia real.

6) La relación desigual entre el desarrollo de la producción ma­terial y el desarrollo, por ejemplo, artístico. En general, el concepto de progreso no debe ser aprehendido en la abstracción usual. Con respecto al arte,*[6] etc., esta desproporción no es tan importante ni tan difícil de aprehender como dentro de las propias relaciones práctico­-sociales. Por ejemplo, de la educación. Relación de los Estados Unidos con Europa. Pero el punto realmente difícil que ha de ser discutido aquí es, sin embargo, el de cómo las relaciones de producción en cuanto relaciones jurídicas tienen un desarrollo desigual. Por ejemplo, la relación del derecho privado romano (en el derecho penal y público esto ocurre en mucho menor medida) con la producción moderna.

7) Esta concepción se presenta como un desarrollo necesario.

Pero justificación del azar. Cómo. (Entre otras cosas, también de la libertad.) (Influencia de los medios de comunicación. La historia mun­dial no ha existido siempre; la historia como historia mundial es un resultado.)

8) El punto de partida está naturalmente dado por las determina­ciones naturales; subjetivas y objetivas. Tribus, razas, etc.

El arte griego y la sociedad moderna

1) Es sabido, por lo que al arte se refiere, que determinadas épocas de florecimiento del mismo no están en modo alguno en rela­ción con el desarrollo general de la sociedad, y, por lo tanto, tampoco con el fundamento material, con el esqueleto de su organización. Por ejemplo, los griegos comparados con los modernos, o también Shakespeare. Respecto de ciertas formas de arte, por ejemplo, de la épica, se reconoce incluso que en su forma clásica, en la que hace época a escala mundial, no pueden ser producidas, tan pronto como aparece la producción artística en cuanto tal; y que, por lo tanto, dentro de la propia esfera del arte ciertas formas significativas del mismo sólo son posibles sobre la base de un estadio no desarrollado del desarrollo artístico. Si esto ocurre en la relación entre los dife­rentes géneros artísticos dentro de la esfera misma del arte, es menos sorprendente que esto ocurra en la relación de la esfera artística en su conjunto con el desarrollo general de la sociedad. La dificultad con­siste exclusivamente en la formulación general de estas contradicciones. Tan pronto como son especificadas, ya han sido aclaradas.

Tomemos, por ejemplo, la relación del arte griego y luego de Sha­kespeare con la época actual. Es sabido que la mitología griega no sólo era el arsenal del arte griego, sino además el terreno del que se alimen­taba. ¿Es posible la intuición de la naturaleza y de las relaciones so­ciales que sirve de base a la fantasía griega y, por lo tanto, a la mitología griega, con las máquinas de hilar automáticas, con los ferrocarriles y locomotoras y con los telégrafos eléctricos? ¿Qué quedaría de Vulca­no frente a Roberts y Cia., de Júpiter frente al pararrayos, y de Hermes frente al Crédit Mobilier? Toda mitología somete, domina y conforma las fuerzas de la naturaleza en la imaginación y mediante la imagina­ción; desaparece, por lo tanto, con el dominio real sobre ellas. ¿En qué se convierte Fama frente a Printinghouse Square? El arte griego presupone la mitología griega, es decir, presupone la naturaleza y las mismas relaciones sociales ya elaboradas mediante la fantasía popular en una forma inconscientemente artística. Éste es su material. No cual­quier mitología, es decir, no cualquier elaboración artística inconsciente de la naturaleza (aquí ya está incluido todo elemento objetivo, y, por lo tanto, la sociedad). La mitología egipcia no podía ser el terreno 0 el seno materno del arte griego. Pero, en cualquier caso, era necesaria una mitología. Por lo tanto, en ningún caso, un desarrollo de la socie­dad, que excluye toda relación mitológica con la naturaleza, toda rela­ción mitologizadora con ella; y que exige, por lo tanto, del artista una fantasía independiente de la mitología.[7]

Por otra parte, ¿es posible Aquiles con la pólvora y con las ba­las? ¿O, en general, la Iliada con la prensa o con la máquina de im­primir? El canto y las leyendas y las musas, ¿no desaparecen necesaria­mente ante la palanca de la prensa del tipógrafo y no desaparecen, por lo tanto, necesariamente las condiciones de la poesía épica?

Pero la dificultad no reside en. comprender que el arte y la épica griega están ligadas a ciertas formas de desarrollo social. La dificultad consiste en que todavía nos proporcionan un goce artístico y en que, en un cierto aspecto, tienen vigencia como norma y como modelo inal­canzable.

Un hombre no puede convertirse de nuevo en niño, sin convertirse en infantil. ¿Pero no disfruta con la ingenuidad del niño y no debe aspirar a reproducir a un nivel más elevado su verdad? ¿No revive en la naturaleza infantil el carácter propio de cada época en su verdad natural? ¿Por qué la infancia histórica de la humanidad, allí donde se ha desarrollado de la forma más bella, no debería ejercer un encanto eterno, como un estadio que no ha de volver jamás? Hay niños mal educados y niños precoces. Muchos de los pueblos antiguos pertenecen a esta categoría. Los griegos fueron los niños normales. El encanto de su arte no está en contradicción con el estadio de la sociedad no desarrollada sobre el que creció. Es más bien su resultado, y está más bien ligado inseparablemente al hecho de que las condiciones sociales inmaduras, bajo las cuales surgió y únicamente podía surgir, no pueden volver jamás.

 


[1] Cfr. HEGEL, Band VII, pág. 92.

[2] Cfr. HEGEL, Band VII, págs. 86‑87 y 82‑84.

[3] Cfr. PRESCOTT, History of the Conquest of Peru. London 1850. Vol. I.

[4] Cfr. JAMES STEUART, An Inquiry into the Principles of Political Economy, etc. Vol. I, pág. 327. Dublin 1770.

[5] Véase Zur Kritik der politischen ökonomie (Contribución a la Crítica de la Economía Política), el comienzo de cuyo prólogo fue escrito casi un año y medio después que esta introducción. Véase también en esta misma obra la conclusión del apéndice histórico al primer capítulo, que fue escrito casi un año justo después de esta introducción.

*[6] «Mit der Kunst etc dieser Disproportion»; ed. 1939, «Moderne Kunst etc Diese Disproportion» «Arte moderno, etc. Esta desproporción». Seguimos la lectura de NMEGA.

[7] Cfr. HEGEL, Band XI, págs. 308‑313.

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